Sola

… “no me ha dicho qué hacer con los recuerdos que reptaban por los suelos, techos y paredes, ni si será mejor alimentarlos o exterminarlos”.
Me cuesta abordar esta reseña, porque aunque me leí el libro en solo tres días, por su narrativa ligera, que engancha y hace que quieras seguir leyendo para ver hacia donde va, no me ha convencido del todo el conjunto.
Tiene un lenguaje directo, lleno de simbolismo, con fragmentos maravillosos en los que te dejas llevar por las emociones que suscita la lectura. La novela va in crescendo, acompañando la evolución del personaje, afectada por una soledad que crece a su alrededor tomando formas inesperadas e insospechadas.
Lo que no me ha convencido, aparte de temas técnicos achacables quizás a la edición/traducción como algunos tiempos verbales algo confusos en ocasiones, cambios de voz (de primera a segunda persona sin un límite claro) y puntuación poco coherente de frases de otras personas dentro del monólogo interior de la protagonista (unas veces entrecomilladas tras coma o dos puntos, otras empezando en mayúscula tras una coma), es que el ritmo del relato me descolocaba por momentos. Además, la estructura de cuenta atrás me parece acertada, pero no algunos capítulos cortísimos intercalados que la rompían y que no acabo de ver justificados.
Consejito final a los anti-spoilers: leed quizás primero Soledad, de Victor Catalá, puesto que sin haberlo leído (aún) creo que puede contener información importante del final de esa historia, en la que clarísimamente se inspira el personaje principal para escribir su novela, que es el hilo conductor de todo el relato. A mí me habría gustado hacerlo así.