El mundo según Karl

Este libro recoge tanto citas, como pensamientos, como recuerdos de la infancia del diseñador. Y se publicó cuando él todavía vivía. Dividido en capítulos y ordenando por temas, su visión a la moda, al estilo, a la celebridad, a su madre…)

Frases impactantes que te demuestran que el ego puede ser el mejor amigo del miedo y de la falta de cariño.

Una infancia marcada por la presencia de su madre.

Los diferentes Karls, representando una vida rodeada de clasicismo y clasismo, enfundado en unas gafas negras para ocultar sus emociones. Él quería ver, sin poder ser visto.

Nunca ha callado nada, y es fácil saber de dónde adquirió esa facilidad de lengua bífida y alargada. Su madre y esa sensibilidad hiriente que él acabó admirando. Tapando sus manos porque a la señora Elisabeth nunca le gustaron.

Inteligente, refinado, excéntrico, odiado y querido.

Quizás entre sus frases puedas entender más al personaje, girar los ojos y ponerlos en blanco, llevarte las manos a la cabeza, o simplemente afirmar y darle la razón.

No se trató a sí mismo como un ser lleno de carencias afectivas, se puede decir que él se quiso a su manera, o se odió, nunca lo sabremos…

Él decidió vivir una vida, dentro de la película que él mismo había creado.

Siendo así, el actor principal de su propia vida de pantomima.

“Nunca he fumado, bebido ni consumido drogas, pero no puedo aguantar a los cascarrabias puritanos y petimetres (como yo). Más bien todo lo contrario: adoro solamente a quienes fuman, beben y se ponen, a quienes hacen todo lo que yo no me permito. Hay quienes nacieron para destruirse, cosa que admiro, pero yo estoy hecho para sobrevivir. En mí, el instinto de conservación es lo primero. No me ha ido mal. Solo hago triples mortales con red de seguridad.”

Un personaje icónico. Tanto que, si solo ves su silueta dibujada, puedes fácilmente identificarlo.

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