Yo creo en otra España

Un libro que da para debatir y reflexionar mucho.
Yo creo en otra España (ViveLibro, 2017), de Mario Guerrero, es un libro que me regaló mi amigo y tocayo Mario, un joven chiclanero de mi misma edad al que conocí cuando fue a Espejo Público (programa de Antena 3) a presentar su primer libro, El joven soy yo, con 14 años. ¡Había en la televisión un chico que se llamaba igual que yo, que tenía el mismo primer apellido, habíamos nacido en el mismo año, en la misma comunidad autónoma, ambos teníamos gafas, ambos queríamos ser escritores (él ya lo era), etc. Pues sí, contacté con él y tuve la suerte de conocerle personalmente un tiempo después.
Esta entrada del blog va a ser la más larga de todas, pues me gustaría abordar tema por tema la opinión de Mario, y va a ser largo. Para empezar, me gusta el prólogo, escrito por un político que se ve que conoce bien a Mario. Mario es un joven lleno de entusiasmo e ilusión, solo hay que estar cinco minutos con él para comprobarlo. Quiere cambiar las cosas que van mal, y creo que esa es la actitud que los jóvenes debemos tener.
Mario propone medidas que ayuden a cambiar como, por ejemplo, reducir la edad de voto a los dieciséis (con lo cual no estoy muy de acuerdo). Esto mismo lo planteó Pablo Iglesias a principios de año, pero Mario también va a por Podemos y critica su populismo y a su líder, diciendo que es ”una marca y una estrategia de marketing”. Dice Mario que no sabe (al menos en el momento en que escribió el libro) si Podemos venía a construir o a destruir, y que lo que Pablo Iglesias no sabe es que los españoles somos inteligentes y racionales (!).
A lo largo del libro me acompañan numerosas faltas de estilo, porque la edición que yo tengo no había sido aún corregida a fondo, y como soy un tiquismiquis de la ortografía, detecto fallos a cada paso, como el mítico ”haber” en lugar de ”a ver” o puntos y comas en lugar de dos puntos.
Siguiendo con las medidas que Mario defiende nos encontramos también con que él pide que se sancione a los partidos políticos que no cumplan, al menos, el 85% de su propuesta electoral, algo con lo que estoy muy de acuerdo, lo que me recuerda a Ciudadanos, que le hizo saber al PP que no estaba cumpliendo lo prometido. Mario también defiende que haya una mínima representación en el Congreso por parte de menores de 30 años, y una España con más facilidades y más calidad de vida, situándose en contra de la dejadez del Gobierno, asegurando que cambiar las cosas está en manos de los jóvenes, y criticando las generalizaciones que se hacen (y de las cuales he sido víctima y testigo) sobre la juventud. Mucha gente actualmente cree que la juventud (englobando a todos los jóvenes del mundo o, al menos, de España) es el cáncer de la sociedad, y solo generalizan, quedándose tan tranquilos tras soltar sus vacuos argumentos.
Mario defiende que hay que creer en los jóvenes y en el futuro, y critica la corrupción, la pobreza, los desahucios, al igual que se posiciona en contra de la creencia de que el ser humano es malo por naturaleza. Cuando habla de democracia, hace referencia a las polis griegas. Por desgracia, muchos jóvenes, dice Mario y ratifico yo, desconocen la Historia reciente de España, qué decir entonces de la que va más allá de hace unos años. Prosigue Mario su andadura hablando del actual sistema educativo, de la motivación que es necesaria aplicar a profesores y alumnos.
España no se merece esta crisis ni sus ciudadanos se merecen sufrir. España puede construirse con otros ladrillos diferentes a los actuales. Mario y yo queremos pensar que España puede ser diferentes, puede ser un poco menos imperfecta. Y espero que los jóvenes del país colaboren en la medida que les sea posible para ir cambiando nuestro futuro. Porque, al igual que dice Mario, ”hay que confiar en los jóvenes y en el futuro”.