Las niñas salvajes que fuimos

Las niñas salvajes que fuimos es un poemario donde la ternura y lo salvaje, lo fiero, se mezclan. Dice Sofía Guardiola que en su cabeza siempre hay tres temas en los que piensa continuamente: la infancia, el amor y lo sobrenatural; y es alrededor de estos tres temas que ha compuesto estos versos cargados de fuerza y reflexiones.

No he podido evitar recordar mi propia niñez y mi relación con los animales y la naturaleza al leer los poemas en los que hay una clara alusión a esas “niñas salvajes que fuimos”. Esa conexión que existía entre nosotras y el mundo “natural” antes de que empezara nuestra evolución hacia las adultas en las que nos hemos convertido; antes de que empezaran a decirnos cómo comportarnos, cómo hablar, cómo establecer nuestras relaciones interpersonales. Pero la autora va más allá: no solo se ve aquí nuestra evolución personal, sino también nuestra evolución como especie y lo que esta ha supuesto en cuanto a ruptura con nuestros ancestros más “salvajes”.

El amor y el desamor también tienen un gran peso en estas páginas, porque ambos pueden ser, en sus extremos, desgarradores. Sofía habla de ambos con una pasión que se contagia.

Otro tema que aborda este libro es la dificultad que entraña el paso de la infancia a la edad adulta, la extrañeza que nos provoca nuestro propio cuerpo con sus cambios físicos y emocionales, la inquietud que nos produce que esos cambios sean visibles a ojos de los demás (y nos lo hagan saber) cuando para nosotras seguimos siendo las mismas, lo que podemos llegar a echar de menos la ternura, desenfado y despreocupación de nuestra infancia.

El último eje alrededor del que giran gran parte de estos poemas (incluso mezclados con los anteriores) es la espiritualidad. Esa espiritualidad o creencia en lo sobrenatural que nos hace plantearnos la existencia de “Algo” más allá de nuestro entendimiento con el fin de darle un sentido a la existencia, pero también para comprender y aceptar la inexistencia (propia y/o de ese “algo”).

En resumen: Me produce un placer enorme cuando me encuentro con poemas que comprendo y además son capaces de emocionarme, y estos lo han hecho.

Las niñas salvajes que fuimos es un poemario donde su autora, Sofía, nos introduce directamente en su mundo desde el prefacio. Como una cámara con su objetivo, Sofía nos va desvelando mediante tres hilos conductores (infancia, amor y sobrenatural) lo que pasa por su cabeza y todo lo que la han llevado a ser quien es, lo que dejó en su pasado y como sus emociones la acechan hasta en el último rincón de su ser.

Pese a no ser de poesía y no llamarme tanto lo sobrenatural, sí encontré en el libro de Sofía algo que me hizo sentir ese sentimiento que crea en el lector un click automático: identificarse con lo escrito. A través las reflexiones de Sofía sobre la infancia me vi como lo que soy, una niña metida en un cuerpo de mujer que no sabe como ha llegado allí y se sigue preguntando si puede volver atrás. Con sus complicaciones, con sus sacudidas... Sofía llena de palabras que lleva guardadas en su cabeza y crean su mundo interior, se abre a nosotros, al lector, sin sentir una opresión, llegando incluso a vislumbrar tristeza en alguno de los poemas, algo normal en el ser humano y sin intentar fingir lo que no es, encontramos a una autora capaz de transmitir humanidad.

Si tuviera que escoger un poema de Sofía sería The end, no por nada especial, simplemente porque un fragmento de el se clavó en mí y no pude sentir más que ese vacío existencial por el que todos pasamos y nos es tan difícil verbalizar. Ella consigue hacerlo con simplemente dos frases:

"Quiero estar triste porque es algo que entiendo y conozco,
porque esta indiferencia tan cruel me mortifica."

Gracias a Sofía por dejarnos entrar en su mundo.

Es la primera vez que leo un poemario como este. No tiene nada que ver como los que conocemos de Antonio Machado o Miguel Hernández.
A través de él es como si vieses la evolución de tu vida porque en algunos llegas incluso a identificarte con ellos.
De él he aprendido:
1. como seguir luchando en la vida porque como dicen: "el que algo quiere algo le cuesta".
2. Hay que mostrarse tal y como eres.
3. El paso de niña a adolescente nunca es fácil.
4. El amor siempre es ciego.
5. Aún en la tristeza se mantiene la belleza.

Sobre la autora, lo que más me gustaría destacar es la pluma que tiene y como transmite.
Respecto a los poemas, si tuviere que elegir uno de ellos me quedaría con la página 28, aunque hay muchos que son super bonitos aún la tristeza que transmiten.

Si no os lo habéis leído, os lo recomiendo y si no os gusta la poesía darle una oportunidad.

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