Inés y la alegría

En 1944 y tras pasar por un convento, la cárcel y una suerte de arresto domiciliario en la casa en Lérida del hermano de Inés, dirigente falangista, por su colaboración con el bando republicano, se presenta con un caballo, tres mil pesetas y cinco kilos de rosquillas en el cuartel improvisado que éstos han montado en una localidad del valle de Arán, con el objetivo de devolver la libertad y la democracia al pueblo español.

Su llegada para ofrecerse como voluntaria pilla por sorpresa a unos guerrilleros dejados de la mano de Dios y supone su arrollador encuentro con el capitán Galán.

Primero de los Episodios de una guerra interminable con los que Almudena Grandes pretendía homenajear a la famosa serie de Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós. Tras leer el año pasado el cuarto, y quedar totalmente maravillado, tomé la decisión de completar los cinco que finalmente escribió (ella quería que hubieran sido seis), pero esta vez en orden de publicación.

Habiendo resultado una lectura notable, no me ha dejado ese regusto de fascinación que sí que saboreé con 'Los pacientes del doctor García'. Almudena Grandes escribe de maravilla, da igual que yo o quien sea diga lo contrario, sin embargo sí que cuenta esta novela con ciertos detalles que me trastornaban el seguimiento de la historia.

Aceptemos que, como la misma autora justifica, en tiempos de guerra se pueda fraguar un profundo amor en menos de dos días, que nos podamos anticipar en ocasiones a los acontecimientos, o que la larguísima última parte de la novela no me haya resultado tan vibrante y necesaria como las precedentes. Pero lo que más me cuesta pasar por alto son esos cortes que en varias ocasiones hace en medio del relato para relatarte parte de la historia real del contexto en el que se mueven los personajes.

Me encanta la historia de España del siglo pasado, y me puede encantar la interpretación que una escritora como Grandes haga al respecto, pero no tanto el mezclarlo con una narración ficcional. Así, encontramos a tres narradores completamente diferentes, los dos protagonistas y Almudena Grandes en estas digresiones, y en cuyos cambios es difícil no distraerse. Personalmente habría deseado que Inés fuera la única.

Por otro lado, también he encontrado muchos puntos fuertes que en su día me enamoraron de su narración, esos enormes y repentinos saltos temporales, ese mezclar personajes reales e inventados o esas lecciones de la historia de España que no nos enseñaron en el colegio.

En este caso, Grandes pretende ensalzar la figura del que fuera principal artífice político del intento de reconquista y dirigente del PCE, Jesús Monzón, personaje que personalmente desconocía. Y de paso acercarnos a figuras tan relevantes como Dolores Ibárruri, la Pasionaria, Santiago Carrillo o Carmen de Pedro. Sin embargo, esos "conductos" que la propia Almudena considera que unen la historia de los personajes reales y los ficcionados, en mi percepción pareciera que no estuvieran tan naturalmente entrelazados como fuera deseable, para que lo inventado no fuera una excusa cualquiera para tratar lo verídico.