El ángel de la muerte: El asesino en serie más prolífico de la historia de Estados Unidos

Stephen King no se equivoca cuando define este libro como escalofriante.

La historia de Charles Cullen pone los pelos de punta. A lo largo de 16 años se dice que fue el culpable de acabar con la vida de más de 400 pacientes a lo largo de nueve hospitales y un hogar de ancianos. Cómo se salió con la suya durante tanto tiempo está fuera de toda explicación, al menos para mí. ¿Dejadez por parte de las autoridades sanitarias? ¿Incompetencia? ¿Negligencia? Elegid vosotros.

Un hombre con un fuerte trastorno de personalidad cuya necesidad de atención le llevó a intentar suicidarse alrededor de veinte veces, aunque nunca quiso morir, prefería sufrir la muerte como verdugo y espectador. Fue, y cito textualmente, «un hombre que había usado una posición de confianza para asesinar a los miembros más vulnerables de sus familias». Pero durante años fue, para muchos compañeros y jefes, el empleado perfecto. Llegaba siempre antes de tiempo a sus turnos, era atento, educado, diligente. Siempre saludaba, vamos. Incluso cuando empezó a haber irregularidades y la cosa ya chirriaba nadie hizo nada. Con recomendaciones neutras o sin ellas, nunca tardaba más de unos días en conseguir un nuevo empleo.

Leer la historia del que es considerado el asesino en serie más prolífico de los Estados Unidos ha sido una mezcla de rabia e indignación. La sensación de que podría haberse hecho más y salvado muchas vidas no me ha abandonado durante toda la lectura. Y es que no es sólo la historia de un asesino, sino también la de un sistema sanitario que escogió el dinero por encima del bienestar y las vidas de sus pacientes.

Un libro muy bien documentado (el autor se entrevistó con el propio Cullen y con muchos de los implicados en la investigación) y que, aunque peca de volverse lento hacia el final, ha sido una lectura muy interesante.

Si os gustan los true crime, tenéis que leerlo.