Magnífico el relato que nos ofrece Carlos González Sosa en su voluntad, del todo cumplida, de recuperar uno de esos episodios de la historia que pocas veces sale a la luz, si no es de forma local y muy de vez en cuando. Como indica el autor, en el Valbanera proporcionalmente murió más pasaje que en el Titanic, pero muchos de los fallecidos eran gente de extracción humilde, en la absoluta pobreza o que huían del reclutamiento para ir a la guerra de África lo que parece restar importancia a historias de otros naufragios más famosos ya sea por la importancia de los fallecidos o por el glamour del barco. El autor plantea la historia desde el punto de vista de un cubano, de profesión limpiabotas, que se la explica a un cliente durante diferentes días. Esto ya consigue que la forma de narración sea mucho más próxima y hayan pequeños cortes para contarnos algunas detalles de la vida de este cubano. La historia no se quiere centrar en un personaje, al final es una recreación, se sabe mucha de la gente que viajaba, pero no la mayoría de los testimonios, lo que hace que el autor tenga que ficcionar historias entre los personajes, pudiendo exponer como era la gente que viajaba en las bodegas del barco en busca de una vida mejor en la isla de Cuba. En la historia dentro del barco hay un poco de todo, un poco de amor, un poco de odio, personajes que tienen celos de otros y no sabes lo que acabarán haciendo y todas aquellas pasiones humanas que se pueden encontrar en la bodega de un barco hacinada de gente que casi no puede salir allí y debe dormir en simples hamacas. El libro en todo momento se quiere centrar en la cara de la emigración, durante todo el relato te transmite esa pobreza, la poca cultura, ls necesidad y esas familias numerosísimas que para ellos Cuba era su última oportunidad, como también aquellos que deben huir de España por otros motivos, entre ellos no ser llamados a filas y no poder pagar para librarse de ello. Se menciona que hay primera y segunda clase, pero no se busca ninguna relación con ellos, los personajes fuera de los emigrantes son más testimoniales como en algunos momentos un cura o el capitán del barco por las necesidades propias de la historia. La parte “actual” de la historia también tiene su parte de misterio, que hace que el lector se pregunte si las personas que participan podrán o no tener alguna relación con la historia que cuenta el limpiabotas. Un final excelente, que en mi caso no es uno de los que me fui imaginando mientras me adentraba en la historia. Una historia triste, pero que se lee en un abrir y cerrar de ojos, que en algunos momentos te pueden encoger el corazón por toda esa gente que viajaba en el Valbanera, con todos los sufrimientos que ya tenían que padecer y lo que les acabó sucediendo. Y sobre todo, la recuperación de una historia que más allá de la desgracia del naufragio, es la historia de un canario que quiere recuperar parte de su historia pero que no deja de ser la historia no tan lejana de una época y de muchos otros territorios donde la gente intentaba huir de la miseria, hambruna y pobreza. Una lectura recomendable para todos los públicos. Enlace: https://www.instagram.com/p/.. + Leer más |