Raiders: El túmulo del Gran Khan

Gareth Baines arqueólogo, antropólogo, profesor de universidad y... cazatesoros. Tal es su fama que una mujer misteriosa le ofrecerá un trabajo que no podrá rechazar. Acompañado de su padre adoptivo Bobby, se adentrarán tras la pista del conquistador mongol Genghis Khan. Sin embargo, esta aventura dará la vuelta a la vida de Gareth sin remedio alguno ¿Te unes a esta aventura?

En esta historia nos encontramos con un relato divertido, Gareth y Bobby hacen un tándem increíble. Durante la lectura lo que me ha pasado es que muchas veces pensaba que estaba realmente dentro de una película de aventuras, como Indiana Jones o La momia.

La historia sigue una narración clara y amena, a mí el libro me ha parecido muy fácil de leer y me ha atrapado desde el primer momento. En lo que se refiere a los personajes, mi favorito es Bobby, osea me ha encantado lo bien que conecta con Gareth y los golpes que tienen cada uno, es que te mueres de la risa con ellos.

Me va a costar decir algo malo del libro porque de verdad que lo he disfrutado como una enana. Pero bueno en las primeras páginas al haber algunos datos históricos, la persona que lo lea le puede resultar un poco pesado. Pero vamos, ya os digo que esto son las diez primeras páginas, luego en adelante no dejarás de leer.

Siempre he relacionado el género de aventuras más con el mundo cinematográfico que con la literatura, quizás por eso “Raiders. El túmulo del Gran Khan” me ha parecido una historia tan dinámica y visual. Las escenas de persecuciones, las exploraciones en el interior de monumentos históricos de gran importancia y las muchas pistas escondidas en obras de arte son, sin duda, merecedoras de verse en la gran pantalla.
 
Hasta que eso no pase, deberemos contentarnos con recrear dichas imágenes en nuestra mente. Algo muy sencillo gracias a la narración ligera pero rica en detalles del autor.
 
En este primer volumen de Raiders nos encontramos con una historia principalmente lineal, con un gran misterio que hay que desentrañar… y que, al final, acabamos resolviendo -un final, en mi opinión, muy acertado y que además esconde algunas sorpresas-. Sin embargo, dicha trama principal que tan bien actúa como hilo conductor, cuenta también con varias ramificaciones vinculadas sobre todo al pasado de nuestro protagonista. Son estas ramificaciones las que dan pie a una muy prometedora continuación.
 
Es una novela que, a pesar de la seriedad y el rigor histórico de su trama (con datos muy bien documentados), cuenta también con varios toques de humor muy bien llevados, que le restan algo de densidad al conjunto y le dan a la obra un estilo propio en el que se ve reflejada parte de la esencia del autor.
 
A pesar de que hace uso de algunos clichés de la novela de aventuras, el autor sabe bien cómo jugar con ellos, adaptándolos, dándoles un par de vueltas y justificándonos la necesidad de su uso. Esto, junto con la gran cantidad de diálogos -nada forzados y de lo más verosímiles-, lo convierte en una lectura muy amena y envolvente.
 
Y aunque la trama -y todos los misterios que esta oculta- está muy bien desarrollada, debo decir que, para mí, el punto fuerte de la obra han sido algunos de sus personajes. O, más bien, las relaciones entre ellos. El binomio protagonista Gareth-Bobby se lleva, sin duda, parte de mi corazón.
 
Resumiendo: una novela que recomiendo a todos los amantes del género de aventuras o a aquellos lectores que, simplemente, busquen una lectura de narrativa ligera con la que pasar un muy buen rato. ¡Y es que siempre es un buen momento para vivir una gran aventura!