Loba negra

Al tratarse de la segunda parte de una trilogía, esta reseña contiene algún pequeño spoiler de la novela anterior. Si no la has leído, mejor espera a haberlo hecho para continuar con esta reseña.


Tras leer Reina Roja me quedé con ganas de saber lo que sucedía con Antonia Scott y Jon Gutiérrez, y ver si encontraban al misterioso Mr White.


Esta novela nos permite conocer más a los protagonistas y saber si Antonia por fin da el paso de recuperar la custodia de su hijo, qué ocurrirá con Marcos y si la relación con su padre mejora.

Si hay un personaje al que he echado de menos en esta obra es a la abuela Scott. En Reina Roja ya vimos cómo Antonia y su abuela estaban muy unidas a pesar de la distancia, y no encontrarla en esta segunda parte me ha extrañado. Especialmente en los momentos más difíciles para la mujer más inteligente (o eso dice Mentor) del planeta.


En Loba Negra sí aparecerán nuevos personajes, como la misteriosa mujer que da título a la novela, los nuevos policías con los que tendrá que trabajar nuestro dúo protagonista y, por supuesto, las víctimas y aquellos que les rodean.


En esta ocasión, Madrid queda atrás para dejarnos un nuevo escenario en Marbella, donde la mafia rusa juega un papel muy importante.


Tal y como sucedía en Reina Roja, la parte de mayor acción de la novela se da hacia el final, cuando la tensión aumenta y la narración descriptiva y pausada pasa a ser vertiginosa y a dejar al lector nervioso y con ganas de conocer el desenlace, sea cual sea.


Se nota mucho la documentación del autor, el conocimiento en armas y localizaciones (no a nivel profesional, pero sí lo suficiente como para dar credibilidad a la historia) y cómo el humor forma también parte de él, ya que hay momentos cómicos que, sin sacar al lector de la historia, sí la dotan de frescura y rebajan la tensión.


De los nuevos personajes, los que más destaco serían los de Lola Moreno y la Loba Negra, dos mujeres inteligentes, cada una a su manera, con una meta clara y una personalidad muy marcada, ambas en un mundo en el que a la mujer se la suele despreciar.


En esta novela podremos ver, además, temas que en ocasiones consideramos tabú, como la adicción a las drogas, el proxenetismo y la prostitución o las obsesiones.

Antonia, entre sus defectos, mostrará esa obsesión por encontrar a Sandra, pese a estar inmersa en un nuevo caso, pero al mismo tiempo cediendo y demostrando que, si se implica en algo, lo da todo. Pero además, esa lucha por controlarse y dejar atrás la adicción a las cápsulas rojas que su vuelta a la acción ha generado.


Y ahora, ¿qué sucederá? ¿Serán capaces Antonia y Jon de resolver el enigma final de White? En Rey Blanco se resolverá.