Cicatriz

Después de ver y leer lo adictiva que es la última novela de Juan Gómes-Jurado, Reina roja, y de que me gustase mucho su novela El paciente, me decidí a leer Cicatriz como aperitivo antes de leer su último hit.

Simon Sax vive en Chicago. Es un treintañero grandullón, con miedo a la gente pero que es un genio informático. Junto a su mejor y único amigo Tom, que también es su abogado, se aventuran en montar una empresa para vender un programa informático creado por Simon, LISA, que revolucionará la forma de vender a través de Internet, pero su mala situación económica les lleva a buscar inversores. La empresa tecnológica Infinity es su última esperanza, y aunque no se lo ponen nada fácil, estos dos amigos consiguen un acuerdo in extremis y con algunos puntos oscuros, que les llevará a jugarse su futuro y la titularidad del programa.

Éste será el punto de partida para el desarrollo de este thriller, que si bien es entretenido también he de decir que es bastante predecible. La irrupción de Irina en escena, una joven ucraniana que Simon conoce a través de una web de contactos, traerá el misterio y la acción, junto con la mafia rusa, a esta historia.

La novela se lee en un suspiro, y la tensión que el escritor va dosificando a lo largo de la misma, ayuda a mantener el interés en saber como termina esta historia.


Me han gustado mucho algunas frases que son un crítica bastante certera sobre algunos aspectos de la sociedad actual. Sin embargo, como he indicado antes, lo predecible de su trama y algunos fallos en la misma, han hecho que aunque haya disfrutado con ella, no me haya cautivado como sí lo hizo El paciente.

Aún así, para amantes de estas historias con ritmo vertiginoso y cargadas de acción, es una buena novela con la que pasar un rato bastante entretenido.
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