Llegados a ese punto creo que yo ya había echado la lagrimita, y su calzone estaba casi frío, pero seguí hablando, porque es que yo soy así: o puta o portaviones.
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Llegados a ese punto creo que yo ya había echado la lagrimita, y su calzone estaba casi frío, pero seguí hablando, porque es que yo soy así: o puta o portaviones.
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Tío, ¿lo haces aposta, o qué? ¿Me entiendes lo que quiero decir, pues solo que no te da la gana entenderlo? Lo de ser chica o chico solo cuenta para el color de la habitación del bebé, para la ropa, para los juguetes, para lo que te cobran en la pelu, para las pelis que te apetece ver con los deportes que te gustan o la... ¡Yo qué sé! Cosas para las que ser chico o chica tiene su importancia... Pero aquí... Los sentimientos... las cosas que sientes y que te saltan de las tripas antes incluso de pensarlas... Las cosas de las que tu vida dependerá después, por ejemplo, como concibes tus relaciones con los demás, de quién te enamoras, hasta dónde estás dispuesto a tragar, a perdonar, a luchar, a sufrir y todo eso, sinceramente, me preguntó qué tiene que ver con eso... tu forma anatómica... Me lo pregunto y te lo pregunto a ti también, de hecho...
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Estaba calcada en tristeza.
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Mi infancia es un veneno que llevo en la sangre, y solo cuando esté muerta dejará de hacerme sufrir. Mi infancia soy yo, y como mi infancia no vale nada, por más que intente plantarle cara con todas mis fuerzas, nunca doy la talla.
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(Eso también es algo que he aprendido con él... Esa manera solapada que tienen las inseguridades de colarse siempre en los lugares más inesperados y más retorcidos, y eso le pasa sobre todo a la gente que es mucho más fuerte que uno.)
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Además, me parece que lo cuento de manera muy light. y no lo hago por ahorrarle un mal rato a usted ni por ahorrarme yo las críticas, sino porque la noche de uno de mis cumpleaños, cuando cumplí los veintidós, creo, me reseteé.
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Además, tampoco creo que seamos tan típicos, tan cliché. Creo que en todos los colegios de Francia y de otros sitios, ya sea en el campo o en las ciudades, las aulas están llenas de clandestinos como nosotros... De combatientes de lo invisible, de desplazados de sí mismos, de chavales en apnea todo el día y que a veces acaban por palmarla, sí, que terminan por tirar la toalla si nadie lo salva un día o si no se consiguen salvar a sí mismos... |
Oiga... ¿Puedo hablar un momento con usted? ¿Puedo repetirle quiénes somos, Franck y yo, para que vuelva a querernos?
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Pues sí... Eh, marginados, un poco de respeto... Hay que dejar de llorar cuando Dios te presta su bola de espejos...
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Maldijo. Sonrió. Rió. Me dijo mira que eres tonta. Me dijo para. Me dijo idiota. Me dijo ya está bien. Me dijo ¡que te he dicho que ya basta! Me dijo te odio y me dijo te adoro.
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¿Cuál es el órgano que trasplantan a Cora?