En la cocina con Kafka

Este libro cuenta con una gran cantidad de viñetas del dibujante e ilustrador Tom Gauld. Y es que este autor posee una gran habilidad a la hora de retratar las verdades que se esconden tras la palabra literatura.

Estas tiras cómicas harán las delicias de todo amante de la literatura, ya que tratan sobre este tema en cuestión. Libros, bibliotecas, librerías, amantes de todo tipo de géneros literarios, escritores, lectores, ilustradores, traductores, …

El autor utiliza el humor para criticar a los falsos lectores que hacen creer a los demás que leen clásicos y obras importantes de la historia de la literatura. También critica a los autores que escriben novelas sin sentido, aburridas o copias de otras novelas. Pero aquí no acaba la cosa: los editores también tienen su crítica en este libro, haciéndose entender que es imposible entrevistarse con uno, siendo muy difícil que te editen y publiquen tu libro. El mundo editorial parece el infierno de Dante para un escritor, y más si es novel.

Las tiras que más me han gustado han sido las que hablan de los personajes de las novelas: de diferentes géneros, algunos personajes poco probables de encontrar pero divertidos igualmente, protagonistas de libros de otros siglos como si fueran creados en la actualidad…

También me ha gustado mucho cuando se refiere a los traductores y las traducciones, criticando a aquellos que creen que una buena traducción se saca fácilmente del bolsillo, y también a ciertos traductores que se toman la licencia de cambiar cuanto quieren del libro que están traduciendo.

Entre críticas y escenas divertidas, el tiempo pasa volando con este libro. Y es que se junta el cómic con diversión, y de ello resulta una lectura amena y fluida.

Rebuscando entre los cómics disponibles en eBiblio me topé con otra joyita del genial autor escocés Tom Gauld, del que ya leí anteriormente obras como “Un policía en la luna”, “La venganza de los bibliotecarios” o “Goliat”. En este caso se trata de tiras cómicas que se publicaron en The Guardian, The New Yorker o The New York Times, y en ellas vuelve a hacer gala de su particular sentido del humor puesto a disposición del mundo literario y todo lo que le rodea, ya sean escritores, bibliotecas, librerías, editores, personajes, grandes obras, etc.

El género de la tira cómica, que tantos buenos maestros tiene, no por ello deja de ser un arte complicado, puesto que con tan solo de una a cuatro viñetas se ha de lograr transmitir una idea que llegue al lector y que le haga percibir un hecho de un modo que no se hubiera planteado anteriormente, consiguiendo (con suerte) incluso sacarle una sonrisa o (con más suerte aún) una carcajada. El descubrimiento de Tom Gauld ha sido para mí bastante reciente, pero desde la primera obra suya que leí supe que había llegado para quedarse porque su humor casa a la perfección con el mío.

Mediante un dibujo más bien minimalista pero tirando a colorido y bastante original, Gauld demuestra tener un gran conocimiento del mundo literario, ya sea en forma de obra, editor, biblioteca/librería o lector, situándonos con gran soltura lo mismo en el siglo XVI que en futuros dignos de cualquier obra de ciencia ficción. Gracias a la mezcla entre lo clásico y perdurable con lo moderno e inmediato, Gauld consigue enfrentar distintos modos de entender la realidad que chocan entre sí produciendo resultados inesperados. Su toque irónico es el contrapunto perfecto para lo que quiere contar, en cada tira hay una pizca de pimienta que nos pone a nosotros mismos bajo la lupa, descubriéndonos que muchas de las cosas que hacemos no tienen sentido pero quizás en eso mismo resida cierto encanto.

Leyendo esta compilación me ha resultado muy complicado seleccionar unas pocas imágenes para ilustrar el post, porque pienso que cada tira podría hacer gracia a una persona y hay bien pocas que a mí no me hayan dicho nada. Vamos, que tenéis que leer a Gauld porque seguro que vosotros también encontráis esa tira que parece hecha a vuestra medida y que os hará sonreír.