La rompebodas: Voy a por ti, cazafortunas

Y yo no podía dejar de mirarlo al comprender que, antes de conocerlo, ya lo había convertido en el malo de la película, y qué, quizá, hasta los que parecen malos encierran un alama por la que merece la pena luchar.

Sus sonrisas, su inocencia, esa creencia de que las cosas sólop ueden ir a mejor prorque, aunque al principio lleguen aterrorizados por los monstruos de sus enfermedades, ninguno de ellos pierde la esperanza y la fe que se marchó de mi vida hace tanto tiempo; eso es lo que me ofrecen.

Por lo que transmites, por hacer felices a unos niños que no están pasando por su mejor momento, por el cariño que les dás sin pedir nada a cambio.

Quiero ser lo que tú necesites que sea cada segundo de tu vida.

No importa las veces que nos equivoquemos intentando alcanzar aquello que nos hace felices, lo que importa es que no dejemos de hacerlo.

Búscate una cama resistente, tanto para el amor como para la guerra, ese es el mejor campo de batalla.

Cuando dos personas son inevitables, solo hace falta una chispa para arrasar con todo.

Hasta los que parecen malos encierran un alma por la que vale la pena luchar.

La piel no es de quien la besa, sino de quien hace que te hormiguee.

Cuidado, porque alguien que pretende apagar incendios no puede mirarlos como si quisiera ser engullida por las llamas.