Norte y Sur

En la Inglaterra de mediados del siglo XIX el norte se transformaba, dando lugar a una industrialización, donde las fábricas proliferaban y los conflictos entre patronos y obreros crecían ante las injustas condiciones laborales marcadas por la pobreza y la enfermedad. A la vez, las revueltas sindicales ponían a los patronos en serios problemas en su lucha para prosperar. Mientras que en las poblaciones del sur sus habitantes vivían en un mundo aparentemente apacible y bucólico. Ambas partes, no entendían la manera de vivir de unos y otros. Y en esas dos realidades opuestas se encuentran nuestros protagonistas.

La joven Margaret representando al sur y John Thornton como comerciante del caótico norte. Margaret llegará a Milton siguiendo a su familia por una decisión de cambio tomada por su padre, un vicario que inmerso en una crisis espiritual decide dejar Helstone para dedicarse a la docencia. Así llegará al norte, llena de prejuicios, e irá descubriendo otra forma de vivir que le proporcionará un crecimiento personal. Thornton, dueño de una fábrica téxtil deberá decidir entre sus ganancias o el trato más humano con sus empleados. Entre ellos se iniciará una relación de rechazo y admiración mutuos llena de orgullo y prejuicios que les llevarán a un final esperado. Un libro lleno de contrastes entre el mundo rural y el urbano que la autora supo mostrar sin tomar partido por uno u otro.

Al tratarse de un libro que no fue pensado como tal sino que fue escrito en periódicas entregas presenta algunos acontecimientos algo forzados y un final precipitado que le restan valor a esa gran obra victoriana, que aunque llena de elementos románticos típicos de la época, se asoma a un realismo incipiente mostrándonos los conflictos sociales entre clases y el contraste entre la vida precaria de unos y los lujos de otros. También quedan muchos cabos sueltos en las subtramas que se presentan y que hubiese sido muy interesante un mayor desarrollo de las mismas.

Es una obra con personajes muy bien perfilados a nivel psicológico, con una personalidad bien definida y muy bien desarrollados. Donde los personajes secundarios también son muy potentes y así se consigue que se construya una gran historia. Los diálogos entre ellos representan el punto fuerte de esta obra, excelentemente construidos, llenos de ironía e ingenio, junto con una genial ambientación.

Me han faltado páginas donde de hubiesen podido ampliar muchos aspectos que resultaban muy atractivos y me ha faltado un final más sosegado, para poder ser una obra redonda. Todo y con eso he disfrutado mucho de esta novela y me ha encantado descubrir la pluma de Elizabeth Gaskell.