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Crítica de Celia_0504


Celia_0504
24 January 2023
Y por fin puedo decir que he leído un eterno pendiente. Tenia “Cranford” desde hacia muchos años cogiendo polvo en mis estanterías. Lo he tenido muchas veces en la mano para empezarlo, pero por uno u otro motivo acababa volviendo a su lugar entre mis libros pendientes a esperar su turno. El cual por fin a llegado.

Elizabeth Gaskell nos traslada al pueblecito que da nombre a la novela, un lugar que “está en poder de las Amazonas”, ya que por uno u otro motivo la mayoría de sus habitantes más destacados son mujeres. El libro es una crónica de los principales acontecimientos que suceden dentro de la pequeña comunidad, protagonizados por un entrañable grupo de vecinas bien avenidas.

Estaba convencida de que “Cranford” iba a ser una lectura plácida y predecible que no iba a depararme grandes sorpresas. Lo primero se ha cumplido. Pero lo segundo no, y ha sido uno de los puntos por los que esta novela ha sido una delicia. Y es que el primer día leí las unas 50 páginas, las cuales se me hicieron muy lentas, pesadas y aburridas, y eso fue para mí una decepción absoluta, ya que estaba convencida de que esta obra iba, al menos, a entretenerme. Así que llegue al segundo día de lectura un poco desanimada y con ganas de quitarme pronto este tostón. Y antes de que me diera cuenta me encontré con que me había leído más de la mitad de la novela, que me tenía totalmente enganchada, y que los vecinas de Cranford me habían enamorado totalmente, y maldita sea si alguien trataba de hacerle algo a la señorita Matty porque se las tendría que ver con mi furia… Me fue imposible cerrar este libro definitivamente, sin amar profundamente a las simpáticas y carismáticas comadres de la vecindad de Cranford, las cuales terminaron por conquistar y enternecer este gruñón corazoncito con sus aventuras y desventuras.

Y tengo muy claro qué fue lo que me escamó cuando empecé a leer la novela, lo cual puede resultar un tanto desconcertante al principio, que es la falta de un argumento propiamente dicho. Los compases en “Cranford” los marca el día a día de este microcosmos rural, las bodas y los romances que en él se gestan; los cotilleos y rumores que dan un poco de vidilla a su día a día; las anécdotas que dan color a este mundo y sociedad; las reuniones entre amigas en las que se habla de todo lo que pasa y se cambia ese mundo tan pequeño; las pequeñas disputas que indudablemente aparecen en el seno de esta comunidad; las normas no escritas que rigen esa sociedad rural; y las defunciones de algunos de algunos de los vecinos más queridos del lugar. No hay una trama propiamente dicha, es el día a día del pueblo y los acontecimientos más destacables que en él se dan lo que se nos va contando en las páginas de este volumen. Quizás cueste un poco meterse en esta historia tan costumbrista, pero una vez que lo haces, es imposible no dejarte arrastrar por la novela y sus personajes, con la por la solicitud y amabilidad con la que Gaskell retrata una sociedad victoriana que se aferra a sus costumbres pese a que está cambiando poco a poco al son de los cambios que se dan en la Inglaterra de la revolución industrial, pero que logra mantener su esencia, que es el sentimiento de unión que reina en el lugar.

En manos de otro autor, esta historia podría convertirse en algo increíblemente dramático y crítico para con la sociedad del momento. Pero a Elizabeth Gaskell no le interesa hacer una obra tan gris. Gaskell es una escritora con la que mantengo una relación que podría describir como parecida a una montaña rusa. He disfrutado la mayoría de las novelas que he leído de ella, pero solo una, “Hijas y Esposas”, logro emocionarme. le reconozco que es una autora muy inteligente y con una prosa fluida y elegante, y que es realmente disfrutable. Siempre he mantenido que la gran pena que para mí tiene es que se nota que está muy influida por su buen amigo Dickens, en cuya revista público muchas de sus obra por entregas, y que a veces cae en una suerte de “buenismo “ muy victoriano que me cuesta un poco tragar a veces. Pero tampoco me voy a hacer sangre por eso, ya que Dickens fue un autor que influyó a muchos de sus coetáneos, y una obra puede ser buena sin resultar dramática en exceso.Y, además, la Gaskell nunca se priva de presentarnos sucesos, muy tristes o de poner a sus personajes en coyunturas muy difíciles. Y quizás por el tono amable y por la delicadeza, con la que maneja a sus protagonistas, esas situaciones logran impactar en el lector, ya que es imposible que no empatizar profundamente con los habitantes del lugar y acabe, sintiendo como suyas sus propias penas. Gaskell sabe manejar la historia, su ritmo, y sus personajes con gran eficacia. Un detalle narrativo que me ha gustado y sorprendido mucho, es que no sepamos el nombre de la narradora de los eventos (Mary Smith), hasta prácticamente el final de la obra, ya que eso permite que el lector pueda integrarse en lo que le cuentan, de forma que una vez que eso ya está conseguido, se permite que este personaje tenga una personalidad y una vida más matizadas, que gane autonomía.

Que no os engañe la aparente inocencia que se respira aparentemente en sus trabajos. Sus historias tienen una prosa y un argumento aparentemente plácidos, bajo los cuales se esconde una fuerte y poco reprimida carga de crítica social y una buena dosis de sátira que en esta ocasión (y en el resto de sus trabajos) me ha sacado la sonrisa y más de un momento mientras leía este libro. Con un estilo humorístico e irónico, Gaskell va a desgranando las diferentes situaciones que a lo largo de los años sacuden la tranquilidad del pueblecito de Cranford. Sus protagonistas están retratadas con personalidades muy diferentes entre sí y muy matizadas. Cada una de ellas es muy diferente a sus vecinas y amigas y eso da mucha frescura y variedad a este retrato rural. Y además, lo que destaca de todas es la unión que tienen entre ellas y con el resto del pueblecito, el sentimiento de unidad que es realmente el motor de esta historia sin historia propiamente dicha. Todos los personajes están descritos desde una óptica llena de afecto, pero eso no quita para que resulten profundamente humanos, tengan sus virtudes y sus defectos. Uno no puede dejar de sentir al leer sobre ellos que en la vida real conoce a personas que se les parecen mucho.

Volviendo a la crítica de Gaskell, sorprende la fuerte carga que tiene, y que se esconde si mucho disimulo bajo la cotidianidad de sus protagonistas.Éstas no se privan en hacer comentarios sobre la superioridad del género femenino sobre el masculino, y con sus actos demuestran que no necesitan a ningún hombre para salir adelante. El sentimiento de sororidad que se respira en esta novela me ha parecido absolutamente contemporáneo, Y no, porque dude que la unión entre mujeres jamás se haya dado en la historia, sino porque a veces nos quieren dar la impresión de que es algo que se está potenciando en los tiempos actuales. Pero “Cranford” en ese sentido es un trabajo muy avanzado para su época, donde se demuestra el poder de la amistad femenina y la fortaleza de unas mujeres que no necesitan ningún héroe masculino para salir adelante; ni ningún romance para tener existencias plenas; y que pese a que ya no son jovenes pueden convertirse en las protagonistas de este libro, ya que la mediana edad no esta reñida con unas mentalidades vibrantes que permiten hacer de sus monótonas vidas algo lleno de significado. Y todo esto, acompañado de una crítica hacia la sociedad del momento y hacia el papel de las mujeres en ella que no resulta cínica o amarga, sino que se acepta con sus luces y sus sombras, ya que no tiene porque ser una jaula opresiva, dentro de ella también se puede hacer mejor la vida de sus habitantes.

Algo que quizás me haya escapado un poquito a sido el final de la obra. Es cierto que todo queda muy bien cerrado, pero me ha parecido un desenlace un tanto abrupto y que te deja con ganas demás. Pero en cierto modo, también creo que esa es la intención de Gaskell: “Cranford” es una crónica del día a día, que es lo que, al fin de al cabo, es la esencia de la vida. Esta nunca se para, como mucho tiene momentos más tranquilos , y otros en los que se cierran capítulos. Un final no es algo definitivo, solo el cierre de una etapa y el principio de otra.

En definitiva “Cranford” quizás no sea una novela para todos los públicos y lectores. Es una crónica en la que no pasa nada que sea impactante o realmente poderoso. Es una historia sin hilo argumental muy plácida y costumbrista a más no poder. Quizás para algunos pueda resultar monótona, insustancial y aburrida. Pero Gaskell demuestra que se puede hacer una historia conmovedora y profunda con unos medios narrativos muy económicos y simples y que parte de una premisa increíblemente simple. El retrato que hace de una sociedad rural y de sus habitantes está lleno de color y de sabor, y logra envolver totalmente al lector si éste se deja. Es un canto al día a día que muchas personas han tenido, tienen y tendrán. A las existencias que son aparentemente anodinas y poco significativas, pero no por ello son menos humanas y apasionantes. Y también es un canto al poder de la amistad femenina y a la fortaleza de las mujeres, elementos tantas veces callados a lo largo de los siglos, pero no por ello menos relevantes. Nunca pensé que disfrutaría tanto esta lectura, y mucho menos por cómo empezó. Ahora, sin lugar, a dudas, no me importaría ir a vivir al pueblo de Cranford y conocer a sus encantadores habitantes. Estaba convencida que iba a disfrutar mucho de esta novela, pero no creía que tanto. Desde luego se convierte en mi primer gran flechazo literario de este 2023.
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