DOCE SOLES I: ENCÉLADO

De una manera muy directa y sin casi contexto nos embarcamos en esta aventura espacial en la que acompañaremos a doce niños al espacio. Lo primero que conoceremos de ellos serán sus nombres, aunque el personaje que nos narrará la historia será Soledad, Sol, la representante española que ha entrado en el programa para publicitar la misión Lunae 2 de la WASA (NASA del futuro) y que se ha visto envuelta en ese peligroso viaje.

Poco a poco, junto a nuestros protagonistas, descubriremos que el lanzamiento del trasbordador no tenía que haber sucedido y que el plan de rescate es que aguanten dos años. Durante ese período tendrán que llegar a la nave Calypso, entrenar para poder resistir el viaje y la eventualidades que surjan, y estudiar, en la medida de lo posible, esa nueva franja del espacio que les acerca a Encélado (una luna de Saturno) para que no se eche a perder la misión.

Misterios a resolver

Sin embargo, nuestros protagonistas no iban a quedarse en la nave y ya está. A lo largo de la obra irán surgiendo diferentes misterios que el lector y los personajes querrán resolver. El primero de todos ellos será, por qué han terminado en el espacio. Esta idea será una de las líneas que permanezca a lo largo de toda la trama, ya que ese no saber la causa del problema hará que algunos de ellos (por ejemplo, Armando) no se desenvuelvan correctamente.

Por otra parte, en un momento dado, tendrán que ser emparejados para realizar diferentes tareas. Con este emparejamiento conoceremos la primera división de base de los personajes: algunos de ellos son alumnos destacados en sus países de origen (bien físicamente, bien intelectualmente), pero otros tantos será niños y niñas que no destacan y que solo les apasiona del espacio. Cuando se hacen las parejas, se une a uno de cada grupo dando lugar al misterio de por qué se han hecho así las parejas y, además, favoreciendo narrativamente ya que se nos ofrece el contraste y nuevas sinergias dentro de estas parejas.

Un aprendizaje gratuito

La verdad es que he visto pocas novelas donde el rango de edad esté bien cuadrado, siempre hay alguna escena que se pasa de tono o alguna trama que queda como muy infantilizada. En Doce Soles, sin embargo, nos encontramos una historia que, gracias a que nos plantea un aislamiento, nos permite centrarnos en los problemas de los protagonistas. Recordemos que en este caso tienen entre once y doce años, así que no encontraremos grandes problemas amorosos o de definición de personalidad; en este caso, nos enfrentamos a niños que poco a poco, física y psicológicamente están entrando en la adolescencia: así tendremos cuestiones como la menstruación, el cambio físico en sí de chicos y chicas; y, el desarrollo más importante, cuestiones psicológicas como la idea de responsabilidad, el desarrollo del ego, el compañerismo, la convivencia... Todo ello cuestiones complejas, pero que se llevan muy bien en la obra y que se reciben más bien entendiéndolas y no padeciéndolas.

Además, también es muy interesante el entendimiento de la utilidad de las materias. Por ejemplo, hay un uso de la mitología, desde el principio de la obra, para entender mejor la idiosincrasia de la aventura. No es solo que vayan a visitar una luna con nombre de gigante griego, Encélado, sino que desde el principio algunos nombres nos dan pista de lo que está pasando. No obstante, este juego no se da solo con la parte más literaria, sino que las matemáticas tendrán un papel importante en el desarrollo de la trama. Dos disciplinas que siempre han parecido dispares, se unen en la novela para fomentar la curiosidad de los protagonistas y los lectores.

Lo divertido del espacio

No obstante, más allá de los misterios o de lo que podamos aprender con la obra, lo más importantes es que es una novela divertida. Es cierto que si eres un apasionado del espacio, lo tienes hecho con ella, pero si no, también nos ofrece situaciones y diálogos entre los personajes muy interesantes. En ellos no solo se desarrollan los personajes, sino también la aventura, que nos lleva a saltarnos la "legalidad", a forzar los límites, a hacer carreras de naves espaciales o a tener ideas bastante locas que se hacen realidad.

El viaje espacial en esta obra, por tanto, no solo nos enseña las maravillas de pasear por las estrellas, que lo hacen con unas descripciones muy detalladas, sino que, además, nos deja jugar casi sin límites en un terreno que no es el habitual. ¿Cuántos niños y niñas querrían jugar sin que les viera un adulto? En este sentido, es verdad que puede chocar la madurez con la que reflexionan y toman decisiones, pero también es una forma de entender una situación límite y plantear; y tú, ¿cómo lo harías?

De este modo, Doce Soles. Encélado, primera parte de la trilogía del mismo nombre, es una muy buena propuesta de juvenil, con un estilo ágil y un lenguaje que llega a todos, y con una historia divertida y apasionante. Espero que os animéis con él, ya que grandes y pequeños podemos sentir la existencia del espacio a nuestro alrededor.


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