La maldición del amor verdadero

Tengo sentimientos encontrados con este libro. Los dos primeros libros me gustaron muchísimo (de hecho el segundo es mi favorito de todo el universo de "Caraval") y esta tercera parte la estaba disfrutando un montón. No paraba de hacer teorías sobre cómo iban a resolverse ciertas cosas y estaba muy intrigada por los acontecimientos. Además las escenas entre los dos protagonistas me emocionaban mucho y la evolución de la protagonista me ha encantado. También me ha gustado muchísimo tener el POV de Jacks y poder conocerle más y ver su parte más personal. El final también me ha gustado y me ha dejado muy buen sabor de boca. Por no hablar del narración que me ha parecido preciosa, toda la atmósfera que evocaba a cuentos de hadas y había frases dignas de enmarcar.

Entonces, ¿cuál es el problema? Pues que cuanto más pienso en los hechos, más disgustada me siento. Todas las resoluciones de la trama me han resultado muy precipitadas. El final en sí ha sido demasiado rápido y me habría gustado un poco más de calma para profundizar y explicar las cosas que pasan. Sin embargo lo peor es la cantidad de cosas que se quedan en el aire. Durante los libros han ido dejando pinceladas de misterios que se han quedado completamente sin resolver, por no hablar de personajes secundarios que tenían su importancia y que desaparecen sin dejar rastro o, si lo hacen, es una simple frase y nada más. Los secundarios que sí aparecen están completamente en segundo plano e incluso el propio Jacks parece más secundario que protagonista. Otro fallo para mí han sido los villanos, me han resultado muy cutres e incluso me reía porque su maldad me parecía un berrinche. No he podido tomármelos en serio.

La verdad es que es una pena porque la historia tenía muchísimo potencial. Los dos protagonistas están genial desarrollados y su romance es precioso, así como todas sus escenas e interacciones. El libro derrocha magia por todos lados y la narración es preciosa, pero tengo la sensación de que la autora no sabe rematar las historias y nuevamente deja demasiados cabos sueltos y muchas cosas resueltas de forma precipitada.