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Me encantan las novelas ambientadas en zonas rurales, y si además, el lugar en concreto es mis amados Pirineos, me atrae como a la mariposa la luz. Por eso no me rindo con Luz Gabás, que parece escribir sus obras en estos parajes, al menos las que yo he leído, y me pillé esta a ver si me gustaba más que “El latido de la tierra”. Finalmente ha sido un acierto, hasta ahora la mejor novela que he leído de ella. La historia está ambientada en el siglo XIX, en una España rural con revueltas políticas y con el inicio del negocio de las aguas termales como atracción turística. Nos centramos en la vida de Attua y Cristela, dos jóvenes que se crían juntos en un pueblo rural en el Alto Pirineo, y que se enamoran perdidamente el uno del otro. Debido a la situación política, familiar y económica, su amor debe mantenerse en secreto. Las venturas y desventuras de ambos los llevarán por caminos separados, arrastrando sus sentimientos como el caudal de un río. Ha sido una sorpresa. No iba con muchas expectativas. La historia ha sido muy apasionante, sin entrar en una narrativa hermosa, aunque ágil, o un profundo conocimiento de los personajes, sí que la trama tiene buen ritmo, y al menos los protagonistas de la historia nos pueden llegar a tocar el corazón. Una novela que sí me ha llegado más, con un lenguaje más trabajado, nos aporta bastante información política de la época. Se nota el trabajo de investigación histórica que realizó la autora, unos hechos bastante desconocidos, al menos para mí. La instalación de las aguas termales como negocio, las disputas de los terrenos y las relaciones con Francia. Me ha gustado mucho. Seguiré leyendo a esta autora española. |
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