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En esta quinta entrega Gabaldon se centra en la vida de la pareja protagonista en el llamado Cerro Fraser, que ha crecido en número de habitantes y que cuenta también con Brianna (la hija de Claire y James) y su esposo Roger, que todavía están en proceso de adaptación al modo de vida 200 años antes de su tiempo. Aunque el amor de los jóvenes es sólido y real, existe una sombra que se proyecta constantemente sobre ellos: la incertidumbre de saber si Jem (el hijo de Brianna) es también hijo de Roger o por el contrario fruto de la violación sufrida por la chica. De nuevo vemos en “La cruz ardiente” la continua lucha de los protagonistas por sobrevivir en un ambiente bastante hostil en el que la naturaleza y los escasos medios humanos ponen en peligro constantemente la pretendida paz de Cerro Fraser y sus alrededores: enfermedades, caídas de caballos, mordeduras de serpiente, etc. A raíz de todo este tipo de acontecimientos, Claire tendrá que poner en práctica todo su ingenio para intentar reproducir los recursos médicos del siglo XX en esta época y se las arregla para producir penicilina, estudiar la sangre, elaborar medicinas, practicar operaciones y una serie de métodos que parecen bastante fantasiosos (en el sentido de que no sé hasta qué punto sería capaz una persona de ciertas cosas con los escasos medios disponibles en estas condiciones), pero que hacen muy entretenida e interesante la lectura de este quinto libro. Aunque no todos los peligros provienen de la naturaleza: los peores son los que proceden de la mano del hombre y los personajes de la historia tendrán que vérselas nuevamente con recelos, venganzas, engaños y demás artimañas que les complicarán la vida, sin olvidar la amenaza continua de una guerra que Claire sabe con seguridad que ocurrirá (pues conoce la historia de Estados Unidos) y cuya chispa ya se va encendiendo en forma de revueltas y peticiones por parte de los colonos descontentos con la Corona. La verdad es que personajes como Roger o James lo pasan realmente mal en algunos momentos de la historia y otros como Brianna (que no me cae nada bien últimamente) temen los males propios de su sexo en esta época como la mortalidad en el parto. Ante la imposibilidad de partir sin dejar atrás a su hijo, la joven no está segura de querer arriesgarse a tener otro hijo que sí sea con seguridad de su marido por miedo a morir al dar a luz y Roger, siempre comprensivo, seguirá debatiéndose con sus propios fantasmas de la paternidad. El libro acaba en un punto en el que todavía queda muchos años para saber si el recorte de periódico que encontró Roger en el que se hablaba de un incendio que acabó con las vidas de James y Claire estaba en lo cierto o lograrían cambiar el pasado, y deja algún que otro cabo suelto que me ha dejado con unas ganas locas de ir a por el sexto libro (esta vez no tardaré nada en hacerme con él). Así que ya es definitivo que, a pesar de los fallos de esta saga (como el ser a veces repetitiva en algunos puntos o el hecho de que los personajes se estén encontrando siempre una y otra vez, dando igual los kilómetros que viajen) esta historia ha acabado seduciéndome por completo y quiero terminarla sin ningún género de dudas. Enlace: https://viviendomilvidas.wor.. |
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