Demasiadas veces los seres humanos son islas, forman parte de un archipiélago común, la humanidad, pero no acaban de levantar los puentes necesarios para la comunicación y así van dejando pasar el tiempo, de soledad en soledad. No tuvo ese problema José Saramago, llegó a la isla de Lanzarote y se encontró a Fernando Gómez Aguilera, es decir, se encontró la posibilidad de la conversación y nunca se sintió solo. Fernando Gómez Aguilera fue, a lo largo de dieciséis añ... >Voir plus