Su aspecto era aún más fantástico que el que Ben había imaginado. Su cola era una serpiente de color verde azulado que movía la lengua. Las musculosas patas traseras y el gigantesco cuerpo de león estaban moteados como el pelaje de un gato jaspeado, pero el plumaje en cuello y cabeza relucía al igual que las alas, en todos los tonos verdes de la selva. Sólo el pico, las orejas y los ojos eran de color amarillo miel.
|