... no leer era estar mal acompañado, leer era estar muy bien acompañado a solas ...
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... no leer era estar mal acompañado, leer era estar muy bien acompañado a solas ...
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Y todo lo intelectualizado está, de pronto, también politizado (y con el tiempo Land tendrá muy claro que los buenos escritores salen perdiendo mucho de lo que ya tenían muy bien ganado cuando juegan a lo político, y que los malos escritores entran allí ganando lo que nunca tuvieron).
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Así, hay mucho de lo poco que hay, pero nunca faltan libros. Y a los libros se los puede releer cuando más y mejor se desee: los libros nunca se acaban porque siempre pueden volver a empezarse. Los libros nunca se acaban y aún rotos o accidentados jamás dejan de funcionar y lo que nunca hay que hacer es perderlos, olvidarlos. Y releerlos es volver a ser feliz. |
Y lo más importante de todo y lo que los une y los distrae: a todos los hijos de... les gusta leer. Mucho. Leer dentro de un libro ayuda a no ver dentro de una casa. Leer abriga y ahí afuera hace tanto frío.
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... se olvida de que está leyendo; porque, de improviso y sin esperarlo, ya no lo lee ni lee todo eso sino que lo vive: lo vive leyéndolo. Land no tiene un libro en sus manos sino que Land está en manos de un libro.
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Los padres de Land. Sus autores desde un punto de vista genético-biológico y todo eso: el sitio del que se salió para entrar para volver a salir. Uno y otra. |
" No son nuestras habilidades las que muestran cómo somos, sino nuestras elecciones”