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Cuando este libro cayó en mis manos, estaba yo pasando un momento nada fácil. Y yo creo que el libro no entró en mi vida por casualidad, porque me vino genial su lectura en esa etapa. Para quien no lo conozca, el libro fue escrito por Viktor Frankl, un eminente psiquiatra que pasó una parte de su vida como prisionero en los campos de concentración, y que allí, observando a sus compañeros de dicho campo de concentración, y a sí mismo, le dio forma al término "resiliencia" o la capacidad de afrontar un problema y de buscar un objetivo de vida para superarlo y sobrevivir. El testimonio está escrito con sencillez e inteligencia, describiendo la cotidianidad del día a día en los barracones, así como la angustia de superar el día en cuestión y poder decir que se sigue vivo. Porque en eso consiste este libro, en hacer ver al lector las herramientas que puede usar en su día a día para sobrellevar los conflictos internos y externos, los graves problemas, las angustias vitales... Buscar un objetivo que "ayude", para seguir aferrados a la vida y no rendirse ni tirar la toalla. La cita de Nietzsche, que solía decir Frankl, define la idea: "Quien tiene un porqué para vivir, encontrará casi siempre el cómo". A mí, sinceramente, me ayudó muchísimo cuando lo terminé de leer. Me abrió los ojos. No es un testimonio, como los que he puesto antes por aquí: "Treblinka" de Chil Rajchman o "En el corazón del infierno" de Zalmen Gradowski. Este libro son confesiones, peculiaridades, consejos, ideas, reflexiones e incluso anécdotas donde se rebaja el sufrimiento de lo que cuenta. Es más, emplea esas historias de los campos de concentración como ejemplos que ayudan al lector para, por comparación, que ese mismo lector pueda salir del hoyo, si es que se cree que está metido en un pozo del que no puede escapar. Es como si mostrase la forma, las "herramientas" a emplear para salir del "túnel". Recomendable, necesario e, incluso, didáctico. Uno de mis "Fondos de Armario". Enlace: https://instagram.com/los.li.. |
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