Una novela tierna, pero a la vez muy dura. En este libro se cuenta la historia de Caroline y su hermana Emma. Ambas viven con su madre y con su padrastro y, con una situación económica complicada, la familia decide mudarse a un pequeño pueblo. No puede decirse que la historia tiene una trama de esas que te hacen que no puedas dejar de leer, sin embargo, tiene algo que hace que desees saber el desenlace. Como digo, la trama me ha resultado algo lenta, aunque al final coge cierto ritmo. Algo que me ha gustado mucho es el papel que tiene la maestra en la historia de Caroline, cómo se muestra dispuesta a ayudarla cuando nadie parece hacerlo. La temática es amplia, pero predominan temas duros como los malos tratos, el sentimiento de abandono, la soledad, el desapego, el alcoholismo y la pérdida de la inocencia. También hay espacio para la amistad, la resiliencia, los sueños infantiles y la inocencia. La novela esta protagonizada por Caroline Parker, una niña de ocho años que sufre en silencio la pérdida de su padre y la nueva vida tras ella. Carrie se muestra valiente, fuerte y con determinación, un ejemplo de superación. Su hermana Emma tiene seis años y es mucho más inocente y desvalida que ella, siendo Carrie su protectora. Por su parte, la madre es una mujer dominada por su pareja y que se ve sometida a malos tratos y a vejaciones continuas. En la novela aparecen otros personajes como Richard (padrastro), el señor Wilson (un vecino del pueblo al que se mudan), Orla Mae (compañera de colegio de Caroline) y la señorita Ricky. La novela se divide en catorce capítulos solamente, por lo que son algo largos. La forma de escribir de la autora es sencilla, sin embargo, el ritmo es algo lento. En definitiva, una lectura dura, pero cargada de la inocencia de los primeros años. Recomendable para aquellos que no esperen un ritmo trepidante, pero sí una historia de las que dejan huella. + Leer más |