[...] se rebela contra la materialización de la relación de amor, se rehúsa a sí mismo la actitud de amparo porque inferioriza: sólo concibe la identificación de iguales. El hombre que Fingía Vivir cumple mientras tanto divinamente la Ausencia. |
[...] se rebela contra la materialización de la relación de amor, se rehúsa a sí mismo la actitud de amparo porque inferioriza: sólo concibe la identificación de iguales. El hombre que Fingía Vivir cumple mientras tanto divinamente la Ausencia. |
[...] Vedlos vivir este instante de simpatía y placer al fin de cada día, pues además de sus tareas, decepciones, injurias, órdenes humillantes o indiferencia hacia su anónimo entre la multitud, tienen el dolorcito cotidiano de hallarse lejos de la estancia, forzados a privarse de ella largas horas; ¡vedles esta alegría, esta inocencia, y pensar que nada sienten, que no tienen vida!
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Con mala noticia os hablo. He prolongado dos años esta prueba de la amistad y aunque me dio, por vosotros, una vida que vale más que el no vivir, no ha dado a mi destino conciencia de finalidad, de dignidad. Sólo la Pasión puede darla. Y la curación de mi alma para la pasión que no logré de la amistad, espero, última y nueva esperanza, de la Acción. |
Evanescente caballero, señor del Olvido. Cuando, más que el rumor de tus pasos -el silencio que pasa sobre tu figura caminante- la indiferencia de todos adelante en el vacío tu soledad y te detengas a un reposo, esta carta puede que te alcance, y creerás entonces sentir distante el golpear de otro paso abrumado, comenzando el camino que seguirte, empezando la lección de tristeza que sufriste. [...] |
La amistad abría los ojos viendo fantasmas; se les llenaron los ojos de fantasmas a los amigos; la mirada en vacío [...]
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Respirantes, Humanos, los que, innumerables, cocéis incesantes el aire del mundo, pedido sin tregua en vuestros pechos, y lo elevan vuestras bocas eternamente abiertas a un cielo eterno, seres del latido y la voz que se alegra o se ahoga, que pida, quizá todos los días, el cesar y la eternización altamente, hay belleza para darnos toda intelección del Misterio, y para parar todo el dolor. Mas ¿dónde está? ¿En el Arte, en la Conducta, en la Intelección, en la Pasión?
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¿Dónde está Belleza, la aclaradora del "ser" e hipnotizadora de Dolor? ¿Dónde está Belleza? ¿Dónde llama? ¿Llaman? ¿Verdad que llaman? Es la Eterna, aquella sola en quien el Secreto, amigo nuestro, halló el seguro, que viene para que escribamos esta página, dicha sólo a nosotros, en la que nada de nuestro secreto se desvanecerá pues todas las palabras no pueden contarlo, que cuando estuviera todo dicho el secreto no se habría arriesgado, nadie lo descubriera, ni cómo es ni si es secreto en un sueño o en lo real. |
Definición del dolor de pasado, joya sentimental que la Eterna sembró en su pecho; mejor llamémoslo dolor de un Imposible sutilísimo solo en el alma de la Eterna acendrado, pues ni en el Ser o Mundo hay imposible alguno ni en alma alguna esta emoción de un cierto imposible creado en la mente de la Eterna.
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-Presidente: Y un amor que una vez no puedo ser no podrá ser... -Quizagenio: Mas en mí fue de primera vez y lo guardaré eterno, sin el de ella. ¿Qué es el "yo amado"? Una palabra; tendré por mío el amor de ella por él. -Deunamor: En la vida. ¿Pero en la eternidad personal? |
Cómo fue la mirada alelada, ojos muy abiertos buscando rumbos y viendo el fantasma del porvenir y vacilaciones de un camino, ante el futuro dudoso y el presente feliz cambiado. También a vosotros -había concluido el Presidente- un día la amistad no os bastará; -y así quedaron en las horas del ante amanecer puesta en el aire sin sostén la mirada, mirando porvenir, no queriendo mirarlo, siéndoles dolor mirar al suelo, la casa, el presente que gustaban mirar acariciándolo. |
Como agua para chocolate