La hierba siempre parece más verde y frondosa en el jardín del vecino, hasta que te quitas los zapatos y caminas descalza sobre ella.
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La hierba siempre parece más verde y frondosa en el jardín del vecino, hasta que te quitas los zapatos y caminas descalza sobre ella.
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Definitivamente, lo sé. Sé que por mucho que te esfuerces y quieras que funcione, si va mal, irá mal. Sé que puedes querer a alguien, pero eso no significa que seas su media naranja. Y sé que, por extrañas que sean las circunstancias, cuando descubres el amor, tienes que aferrarte a él, cuidarlo y no dejarlo ir. Supongo que podría llenar libros con todo lo que he aprendido. Pero también pienso que, quizá, Miles haya aprendido su lección, igual que yo, y no necesita que se lo explique. |
—Ojalá fuera broma. Dios, ojalá no estuviera viviendo este infierno. ¿Sabías que antes de ti jamás tenía rollos de una noche? Y después, en mi último año de universidad, dormí con cincuenta o cien chicas para tapar el agujero que habías dejado. No tengo expectativas. No tengo estándares imposibles. Solo hay un estándar: tú. Nadie será suficiente. No sabía lo que sentía la primera vez que te vi. Pero ahora lo sé, y hace tiempo que lo sé. ¿De acuerdo, Lia?
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¿Quién es el hipócrita aquí? ¿Él, por no decir nada? ¿O yo, por fingir que no había significado nada todo este tiempo? Por esconderme detrás de una manta de odio durante años, cuando lo único que ansiaba era… esto. Él. Ahora. Esto. |
Empezaba a parecer humano, y ese era el problema. Debo odiarlo. |
—Estás hecha un desastre, enana —murmura y se sienta a mi lado—. Vamos. Dámelos. Me enderezo. No lo dirá en serio. Tiene TOC. No le gusta que lo toquen, ni tocar a los demás. |
Es un lobo solitario. Eso es. El tipo de hombre que se quedará soltero para siempre. Un imbécil, un idiota y un estúpido. |
Antes de él, el sexo era algo torpe. Con él aprendí que podía ser una fuente de placer infinita, de intimidad y de diversión. Fue como si esa noche hubiera abierto un capítulo nuevo de mi vida. Me preguntó si lo sabrá.
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En ese momento decidí que odiaba a Miles Foster. Si al menos hubiera seguido pensando lo mismo el resto de la noche… Así que lo diré ahora y callaré para siempre: los rollos de una noche son una terrible equivocación. |
Hace tiempo pasamos una noche de sexo bastante más que adecuado, pero eso fue en otra vida. Ahora es un idiota.
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