Que Zeus y todos sus secuaces se pudrieran en las alturas. Esta mujer iba a ser suya. Y no solo en cuerpo, también en espíritu...
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Que Zeus y todos sus secuaces se pudrieran en las alturas. Esta mujer iba a ser suya. Y no solo en cuerpo, también en espíritu...
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(...) qué era lo que la hacía parecer tan vulnerable. Elsa ocultaba algo, en ese momento lo supo: bajo esa fachada de descaro, alegría y frivolidad se escondía una chica tierna, una a la que costaba mucho ver. Sin embargo supo que, en esos momentos, debía tener paciencia y conseguir que cayera rendida a sus pies. Sería el tiempo el que le ayudara a desvelar quién era ella en realidad.
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El cálido aliento de él le rozó la cara, pero sus ojos, aquellos pozos verdes dilatados por el deseo, parecieron ver su alma. (...) Era la primera vez que le pasaba con un chico, pero se sentía superada, tímida e incluso poca cosa.
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¿Cuál es la profesión del narrador que encuentra el Principito en el desierto?