Pues me siento muy dividida con este libro. Empieza muy bien, el típico libro navideño romántico y tierno, pero llega un momento en que se convierte en algo... digamos... extraño. En realidad no ha sido el libro el que me ha hecho sentirme así (la historia en sí me ha parecido tierna), sino Nick, el personaje principal. La intención de la autora era clara: quería que este personaje fuese el que rescata a Shae de la desconfianza. Sin embargo, me ha parecido que Nick no era tan santo como decía ser; más bien que era un manipulador nato. Nick sabe muy bien qué decirle a Shae para que se entregue en todos los sentidos, le hace creer que el poder lo tiene ella, pero en ningún momento es así; siempre lo tiene él. SPOILER Tan solo hay que fijarse en la cantidad de veces que él dice que Shae es suya, suya, suya, suya, suya, suya, suya, suya... Uau, la posesión es esclavitud, Nick. Y si ya encima sumamos que el regalo de Navidad fue una cuerda para atarla mientras... Bueno, mejor no sigo hablando. FIN SPOILER Quiero creer que esta no fue la intención de la autora, me reitero. Creo que intentó crear un ambiente de seguridad y confianza entre ellos, y en cierto modo lo logra. Pero luego lo estropea con expresiones o acciones que te hacen pensar lo peor de Nick. Que sí, es muy majo y cariñoso, pero solo le ha faltado marcar el territorio como los animales. Por otro lado, creo que la autora debería de haber hecho más hincapié en la trama del exmarido. Podría haberle dado un toque bastante interesante. A pesar de todo esto (que puedo ser yo, que soy bastante quisquillosa), el libro es entretenido y rápido de leer. He tenido la sensación de que la autora le pone muchas ganas y eso es algo que se aprecia. Así que estoy segura de que volveré a leer algo de ella. Solo espero que no repita ni la historia ni las personalidades de los personajes. + Leer más |