Verónica Llaca en este thriller, me ha dejado sin palabras. Primero por tomar a Felícitas Sánchez “la Ogresa de la colonia Roma” (que sí existió desafortunadamente 😣), partera, vendedora de bebés y practicante de abortos de México en los años 40 como el detonante para el desarrollo de la historia. Y después por no llevar al lector a la obviedad, sino sacarnos de la zona de confort de los hechos verídicos, para mezclarlos con la ficción que tiene dos giros inesperados🤯 que hacen que la novela sea todavía más atractiva. La historia está contada en dos épocas diferentes, la primera en los años 40 desde la perspectiva del hijo de Felícitas, y el segundo tiempo es en 1985, donde nos presenta a un escritor, la dueña de un hotel, un forense, una ama de casa, un periodista, un detective, una ginecóloga y el relato de dos feminicidios (que sí, todos en algún punto de la historia están ligados😰); entretejidos ambos periodos con acontecimientos reales nacionales e internacionales. El inicio de la novela es crudo y te remueve demasiados sentimientos: enojo, repulsión, tristeza, llanto; y conforme vas avanzando los sigues sintiendo, aunque también existe un rayo de esperanza entre tanta oscuridad. La herencia, nos muestra varias caras de un dado. Por un lado tenemos a Felícitas y el cuestionamiento de qué habrá vivido en su infancia que la llevó a cometer actos tan despreciables. Por otro, un nuevo asesino serial, feminicidios sin resolver, revictimización y la corrupción de las autoridades que no desean dar a conocer los detalles de los asesinatos de las dos jóvenes. Y como cereza del pastel el terremoto del 85 en México. Este thriller no te dejará indiferente, sino todo lo contrario. Porque hay herencias que se eligen y pueden destruir todo lo que tocan a su paso. + Leer más |