Os traigo una nueva reseña gracias a la Masa Crítica de Babelio, a la Editorial Libros de Seda y a su autora Evie Dunmore. Es la primera entrega de la serie Las rebeldes de Oxford. Una novela que me ha encantado y a la vez sorprendido mucho, la forma que tiene su autora de escribir me ha dejado pegada a sus páginas. Con mujeres empoderadas, hombres muy zoquetes y mediocres. Annabelle Archer es una joven que desea sobre todas las cosas poder estudiar en Oxford, un privilegio que solo en esta época está permitido a los hombres. Las mujeres están educadas para ser señoritas de bien y pesquen a un buen partido. Siempre ha estado rodeada de libros. Huérfana de madre, cuando fallece su padre, todo sus vienes al ser mujer pasan a manos de su primo Gilbert, ella incluido en el lote. Pasando a ser la niñera de los hijos de su primo, a la vez que la criada de la familia. Gilbert es un inepto que vive por encima de sus posibilidades, creyéndose un miembro de la nobleza. Gracias al movimiento sufragista, Annabelle recibirá una beca, aunque tendrá que negociar con su primo dándole una asignación mensual a cambio de que el, la deje estudiar en Oxford. Ya que el no desea perder el chollo que tiene con ella, como criada y niñera gratis. Su llegada a Oxford no será un camino de rosas ya que, a pesar de estudiar, tendrá que ayudar al movimiento sufragista y si eso fuese poco también conseguirse un trabajo para poder darle a su primo el dinero prometido. “Oxford es una ciudad en la que reina el vicio, un reino de víboras lleno de pendencieros, borrachos y libertinos”. De sus personajes diré: Annabelle Archer: Una mujer de 25 años huérfana que ha perdido toda opción de casarse, aunque a ella no le importa, es lo que menos pretende. Su sueño es estudiar en Oxford. al ser hija de un vicario lo tiene muy difícil. Gracias al movimiento sufragista consigue una beca para poder hacerlo, aunque las mujeres no lo tienen nada fácil para conseguirlo en la época que le ha tocado vivir. Sebastián Devereux: Convertido en Duque de Montgomery, un hombre imponente de casi cuarenta años, rubio nórdico con el pelo muy corto. Frio e impenetrable como un glacial. No cree en el amor. Sabe que necesitaba una duquesa que gestione su mansión y un buen lote de hijos. Aunque aún no ha encontrado la mujer adecuada para él. Su mayor anhelo es poder recuperar el castillo de Montgomery, el cual su padre lo perdió en una partida de naipes. Lo quiere recuperar, aunque sea la última cosa que haga en su vida. Según dicen se divorció de su mujer al año de la boda, se quedó con su dote y la forzó a desaparecer. Una cosa muy poco usual ya que en esa época el divorcio no existía. Aunque como el es un favorito de la reina le han concedido esa gracia. Lord Peregrin Devereux: Hermano pequeño de Sebastián, su futuro heredero si siguen, así las cosas. Aunque el no quiere saber nada del título, ni de las responsabilidades que ello conlleva. Lady Lucie Tedbury: A la cabeza de la Organización Nacional de Mujeres Sufragistas. Gracias a ella Annabelle tuvo noticia de las becas femeninas que ofrecían, para que las mujeres pudiesen estudiar en Oxford. Luchadora incansable para que cambiase la “Ley de la Propiedad de las Mujeres Casadas”. Lady Harriet Greenfield: Hija del magnate de la banca más poderoso de Gran Bretaña. Una luchadora incansable por la causa sufragista. Hattie estudia Bellas Artes y pinta. Desea hacer un retrato de Anabella como Helena de Trolla Catriona Campbell: Asistente de su padre Alastair Campbell, un conde escocés que posee un castillo en las Highlands. Una luchadora incansable por la causa sufragista. El panfleto decía: “¡La Ley de Propiedad de las Mujeres Casadas convierten en esclavas a todas las esposas!”. Desde bien pequeño Sebastián tuvo que prepararse para cuando falleciese su padre administrar uno de los ducados más antiguos y obtener el título de decimonoveno duque de Montgomery. Aunque su padre lo dejo en la más absoluta ruina, el con su esfuerzo lo ha sacado a flote y hoy es uno de los hombres más ricos, e influyentes. Para recuperar su ansiada propiedad, por deseo de la reina se meterá en el partido conservador Tory convirtiéndose en pieza clave de este. A Sebastián lo conocen como un hombre frío y calculador, aunque sigue manteniendo impoluta su reputación a pesar de su divorcio. “Todo el mundo tiene el deber de conocer sus limitaciones para poder, así, o bien prestarles atención, o bien ignorarlas, según lo que cada situación requiera”. Annabelle no conoce al duque, e intentará convencerlo para que le ayude con el movimiento sufragista. A partir de ahí saltaran chispas, y como a tozuda no le gana nadie. Annabelle no se dará por vencida y seguirá insistiendo una y otra vez. Sebastián no puede quitarse de la cabeza esa chica de ojos verdes con una boca que parecía siempre a punto de un mohín, que volvía loco a los hombres y él no iba hacer la excepción de que cayese rendido a sus pies. Aunque bebe los vientos por ella no le puede ofrecer gran cosa, ya que los separa las diferencias sociales e incluso las ideas revolucionarias que ella tiene, todo lo contrario de lo que supone que el piensa. Aunque en el fondo el cree que ella es una mujer muy valiente. ¿Serán capaces de romper esas barreras, y derribar el infranqueable muro que los separa? ¿Annabelle conseguirá que Sebastián abogue por su causa? Todas esas preguntas y muchas más serán respondidas si le das una oportunidad a esta novela. “Tenía la sensación de que, algún día, la propia historia iba a terminar poniéndose de su lado, sin lugar a duda. Y él solía acertar en esas cuestiones”. En definitiva: Una novela que he disfrutado mucho, con unas mujeres de armas tomar y algún que otro hombre que demuestra cuanto valora a la mujer y lo que está dispuesto hacer por ella. A pesar de ser una novela victoriana, no es la típica novela al uso de la época, tienes algunas escenas que no me esperaba y me ha sorprendido muy gratamente, la autora también nos enseña, la lucha de las mujeres por conseguir su derecho al voto y la independencia económica frente al hombre. Gracias a mujeres como Annabelle, Lucie, Hattie, Catriona, y otras tantas mujeres por su empeño y tesón, fueron unas pioneras, lideraron el movimiento sufragista, y gracias a ellas hoy en día las mujeres ejercemos nuestro derecho al voto. La novela es una oda a la lucha por los derechos de la mujer. Es una pena que a pesar de tantos años las mujeres hoy en día tenemos que seguir demostrando una y otra vez respecto a los hombres nuestros valores, para que nos reconozcan nuestra valía y nos den puestos de envergadura. Poco a poco seguimos dando pasitos, para de una vez por todas nos reconozcan como iguales. No conocía a la autora y me ha sorprendido mucho su manera de escribir. Aunque soy una gran amante de la novela victoriana, de las mujeres empoderadas como son las sufragistas y del romance, esta novela me ha encantado, la pluma de la autora hace que te mantenga pegada a sus páginas y no puedas parar de leer. Totalmente recomendada, su trama engancha de forma magistral. Deseando leer la segunda parte de la serie “Las rebeldes de Oxford”. + Leer más |