LAS GAFAS NEGRAS: 8

Enamorada me hallo de las ediciones que @whoeditorial nos está trayendo rescatando a los grandes escritores de la Golden Age policíaca inglesa. Como esta joya del estadounidense John Dickson Carr, uno de los pesos pesados del género; un autor que a pesar de no ser oriundo de Inglaterra, adoptó totalmente los escenarios y personajes ingleses en sus obras, convirtiéndose en un exponente básico del género, por adopción.

En las gafas oscuras, el autor nos plantea un juego en la trama que traspasa las páginas del libro para envolver al lector en sus redes. Marcus Chesney, está convencido de que en un acto delictivo, los testigos oculares nunca son capaces de captar toda la esencia y detalles del momento, varían sus percepciones, sus testimonios son subjetivos, es como si cada uno de ellos llevase unas gafas negras que le impiden ver el momento con claridad. Marcus, decide, para probar su teoría, escenificar un crimen, un juego para sus invitados y para alimentar su nada despreciable ego. Si a todo esto le sumamos un pueblo pequeño y una macabra bombonería donde muere gente, tenemos el cóctel lector perfecto.

Como todo buen hacedor de novela policíaca, Dickson Carr nos deleitará con su investigador estrella, el Dr. Gideon Fell, uno de los personajes más avispados del género; pretencioso a la par que bondadoso, nos encandilará con sus pomposas disquisiciones y nos acercará al true crime a través de un maravilloso anecdotario de asesinos famosos. Fell protagoniza varias de las novelas del autor, pero sin un orden particular de lectura, cada novela es un caso independiente; Las gafas negras puede ser un buen comienzo para conocer al sardónico Dr. Fell.

Una excelente novela de habitación cerrada, claustrofóbica y asfixiante, donde el lector tiene los hechos y culpables ante sí, pero es incapaz de verlos, todos tenemos gafas negras. En un escenario único y con los personajes en todo momento a la vista del investigador, el acto delictivo se torna imposible, más que al culpable en sí, se debe intentar entender el cómo, ahí reside la originalidad y el disfrute de esta historia.

“Está usted invitado a ser testigo de un asesinato…” ¿Puede haber mejor comienzo?