David Copperfield

《Las cosas pequeñas hacen la suma de la vida.》

He pasado el último mes acompañada por David Copperfield, tanto tiempo hemos compartido que ya me parece como de la familia. Casi visualizo cada lugar por donde pasó y dejó su huella como si yo misma hubiera estado allí.

Dicen que esta novela tiene pasajes autobiográficos de la vida de Charles Dickens y también que era su novela preferida, su hijo predilecto. Y no me extraña, inventó toda una vida desde el nacimiento hasta la edad adulta, ¡y qué vida! Durante sus páginas acompañaremos a David en sus desdichas, alegrías y aventuras.

La historia está contada en primera persona, cosa que como ya sabéis, me gusta mucho porque me hace empatizar con el protagonista y meterme de lleno en la historia. He llegado a odiar mucho a algunos personajes, como al señor Murdstone, segundo marido de su madre, y a su horrible hermana la señorita Murdstone. A encariñarme de otros como Pegotty, su niñera, o Traddles, amigo desde la infancia. A admirar a otros como su tía, Betsey Trotwood y a cansarme de otros como Dora... (de verdad que en las partes de los diálogos con Dora creía que iba a vomitar algodón de azúcar).
Y eso por mencionar a algunos. La historia está llena de personajes fascinantes. Y gracias a éstos y a sus vivencias veremos la evolución en los sentimientos y el crecimiento personal de David.

He visto que mucha gente la considera como su novela favorita de Dickens hasta la fecha, pero si bien me ha encantado y me ha dejado una leve sensación de vacío al terminarla y separarme de sus personajes, creo que de momento me quedo con Grandes esperanzas. A pesar de que Pip no es de mis personajes favoritos, la historia tiene unos giros inesperados y fantásticos que me sorprendieron y me mantuvieron en vilo.