Viajamos a Terrosa, un pueblo extremeño, en agosto del año 1850. Vamos a ser testigos de un romance impuesto, por una venganza, y del peligro que sufren algunos personajes por rencores y secretos del pasado. Bernardo Salazar es un terrateniente, de orígenes muy humildes, que ha conseguido su fortuna pisando a todo el que se le ponía delante y ganando enemigos en el proceso. Y ahora pagará el pato su única hija. Candela Salazar está a punto de cumplir veinticinco años, y de convertirse en mayor de edad. Su madre muere cuando ella es muy joven y su despegado padre nunca se ha ocupado de ellos, salvo en el aspecto material. Para su progenitor es una simple mujer que no merece su atención. La joven quiere casarse con el hombre del que está enamorada, aunque nunca han hablado del tema. Sus sueños corren peligro cuando su padre aparece con un inglés, el conde de Waldwich, que pretende casarse con ella de manera inmediata. William Caldecourt tuvo una infancia poco feliz, en parte, por el despiadado padre de Candela. de niño juró venganza y está a punto de conseguirla. Pero tiene sentimientos encontrados respecto a su futura esposa. Candela es muy inocente, pese a su edad, y no tiene culpa de nada. Me ha gustado mucho el libro, está a rebosar de malvados, venganzas y secretos. El romance es muy bonito y va poco a poco. Me gustan la forma en que Candela se resiste a su destino y las luchas internas de William, que en el fondo es buena persona. La novela es muy adictiva y emocionante, con diversos giros que nos mantendrán en vilo. Apenas tiene escenas sexuales, lo que nos permite centrarnos en los múltiples secretos del pueblo, en el pasado de los protagonistas y, por supuesto, en el desarrollo de su historia de amor entre tanta adversidad. Tengo un par de novelas de la autora pendientes, y me pondré pronto con ellas porque he disfrutado un montón de esta. Os animo a darle una oportunidad a la obra y a su autora, merece la pena. + Leer más |