El asombro graba a fuego la memoria
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El asombro graba a fuego la memoria
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Son tan simples los placeres verdaderos!
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Uno no es un hombre hecho hasta que termina de deshacerse.
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La gente se parecía más a sus tiempos que a sus padres; que la decencia no siempre es hereditaria
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Como todos, era fiel a su percepción del mundo, no al mundo.
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Aprendió de un sabio ciego que los verbos vivir y soñar son sinónimos rigurosos y la memoria, una colección de inventos...
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Guardé el espejo para no multiplicar las desgracias
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Al final no cambió nada, seguimos siendo igual de brutos que el incipiente cavernícola, le dice, hicimos la cueva en otro lado, amontonando piedras, de adobe o de cemento; construimos torres fálicas de acero y vidrio e ilusiones como la Patria, la religión, el orden social y demás filiaciones ridículas, siempre remodelando la misma caverna que no dejamos nunca.
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Las miserias humanas resultaban más evidentes: peleaban en nombre de La paz; escondían la culpa tras buenas razones; la maldad se disfrazaba de justicia; la religión era un recurso de la defensa y la compasión, una rareza...
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En toda ruina yace el alma de lo que se derrumbó.
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¿Por que decidió irse al internado Miles?