CUANDO CUANTO CUENTO CUENTA de Álvaro Díaz
Al final no cambió nada, seguimos siendo igual de brutos que el incipiente cavernícola, le dice, hicimos la cueva en otro lado, amontonando piedras, de adobe o de cemento; construimos torres fálicas de acero y vidrio e ilusiones como la Patria, la religión, el orden social y demás filiaciones ridículas, siempre remodelando la misma caverna que no dejamos nunca.
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