Querido Líder: La vida cotidiana en Corea del Norte

Bárbara Demick, la autora de este libro galardonado con el prestigioso premio Samuel Johnson, es una periodista estadounidense corresponsal en Seúl de Los Ángeles Times, que ha dedicado siete años de su vida a entrevistar y mantener conversaciones con norcoreanos exiliados, y a través de estos testimonios ha ido tejiendo esta maravillosa obra.

“Querido Líder” es un viaje a lo más profundo de la hermética Corea del Norte, probablemente el régimen totalitario más inhumano del mundo. El hecho de que se trate de uno de los países más crípticos del planeta es quizá la razón por la que aumenta la curiosidad por saber más sobre lo que sucede allí. Este libro narra la historia “no oficial” de los hechos que ocurrieron durante los mandatos de Kim Il Sung (el Gran Líder) y su sucesor, Kim Jong Il (el Querido Líder), que solo pueden calificarse de miserables, demoledores e infames. El retrato que podemos hacernos sobre Corea del Norte una vez terminado el libro es lo más parecido a un mundo orwelliano inundado por la hambruna y la pobreza, sin internet, aislado de cualquier influencia externa especialmente norteamericana o surcoreana, donde las muestras de afecto son castigadas y con una población que parece víctima de un lavado de cerebro extendido. Pero lo verdaderamente trágico de este relato es la realidad de veintidós millones de personas condenadas a la represión absoluta en un país arruinado y devastado política, económica, pero, sobre todo, humanamente.

La vida cotidiana vista a través de seis ciudadanos en el último país bajo un sistema comunista duro. El libro está escrito en 2009, de hecho es una reedición en la editorial Península de la edición original en Turner, abarca, por tanto los mandatos de Kim Il-sung y Kim Jon-il, durante los cuales se produjo la gran hambruna de mitad de los años 90.

Apenas aparece mencionado el nuevo líder Kim Jon-un, que asumió el cargo en 2011, y dado el tiempo transcurrido desde que se escribió el libro, pensaría uno que la situación ha evolucionado a mejor para los oprimidos ciudadanos norcoreanos, lamentablemente no ha sido así.

Es un libro muy duro, pues pone sobre la mesa situaciones que en occidente solo hemos podido intuir a través de la ficción distópica de 1984, pero que son una realidad en un país donde la gente tiene absolutamente cercenada la libertad y donde la vigilancia del estado se siente y se sufre en la familia, centros de trabajo, amistades y vecinos. Un estado fallido, que mata de hambre a sus ciudadanos mientras invierte ingentes cantidades en una industria militar que no lleva a ninguna parte y donde el culto al líder alcanza niveles demenciales.

Precisamente 1984 es el libro preferido de uno de los protagonistas, refugiado en Corea del Sur y que cuando lo leyó no daba crédito a como había retratado la situación de su país un escritor inglés en 1948.