—No quiero que ninguna mujer caliente mi cama —dijo—. Quiero una que caliente mi corazón.
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—No quiero que ninguna mujer caliente mi cama —dijo—. Quiero una que caliente mi corazón.
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Una cuerda tiraba de él cada vez que la española estaba cerca. No era por su belleza, había conocido mujeres mucho más hermosas que ella y nunca había sido suficiente para él. Las mujeres que solo poseen belleza física y las que la utilizan como un arma, no habían despertado jamás su interés. Siempre había necesitado algo más y tenía la sensación de que Laura lo tenía, aunque ni siquiera estaba seguro de lo que era. Quizá era la pasión con la que lo hacía todo, que fuese tan decidida o su humor. Siempre tenía una sonrisa preparada por la mañana cuando entraba al comedor y una palabra amable para todos los miembros del servicio que la atendían. Todo el mundo la quería en el castillo. La había visto hablando com el palafrenero, con la cocinera y con el viejo Ranald. Todos los criados parecían alegres a su lado y contentos con ella. También Margaret. Nunca había visto a su hermana tan feliz como en esos días. Y, al mirarla con otros ojos, un aura mágica se había desplegado a su alrededor mostrándole su auténtica personalidad. Y de repente empezó a fantasear con abrazarla, con sentarla en sus rodillas para mirarla a los ojos. Besar sus labios cálidos y suaves. Y aquellos pensamientos despertaron a una fiera salvaje que se rebeló dentro de su pecho. Un sentimiento de protección que amenazaba con dañarlo a él mismo si se atrevía a causarle algún mal. + Leer más |
Novela de ciencia ficción, escrita por Richard Matheson, en 1975 se titula: "En algún lugar del _________"