Agua y jabón

En los viajes apartamos de la mirada el velo de la costumbre y entramos en otros modos de relación y participación. Cada paisaje desconocido ayuda a blindar el sentido del asombro, la única vacuna contra el aburrimiento conforme pasan los años.

La vocación funciona como esos caminos improvisados que aparecen en el bosque, atajando rutas establecidas. Son arrogantes y prácticos, puro diseño intuitivo. Se les llama caminos del deseo; en inglés, desire paths. El oficio que heredamos de nuestros padres o lo que estudiamos marca una ruta, pero el tiempo (y el azar) va dibujando trayectorias que nos llevan a otro lugar al que ni siquiera sabíamos que queríamos ir.

No hace falta cambiar nada que funcione: cambio ha de equivaler siempre a mejora. "No soy revolucionario, sino evolucionario". El envejecimiento ennoblece algunos materiales, como la madera, y también a algunas personas. Envejecer bien es potenciar nuestros valores.

Hacer un poco el ridículo es pagar un precio bajísimo por vivir la emoción libremente.

Como actividad contraria al rendimiento económico, el vagabundeo tiene mala fama, pero andar está ligado a nuestra identidad y nos une a los antiguos profetas y peregrinos. Lo interesante del paseo es que uno siempre llega con la función empezada. Es una lección de modestia.

El silencio es encontrar a ciegas el pecho de la madre, intuir el camino sin saber nada aún.

López Aranguren. Le preguntaron al filósofo por los peligros del interlectual exuberante y divo. "¿Cree usted que el intelectual debe intervenir en política?". "Interesarse por ella, desde luego sí; intervenir, en modo alguno. Hasta cuando es menos mala, la política es siempre una simplificación de la realidad, y el intelectual se debe a la verdad entera."

Giralt Miracle, Ricard. Enviar una felicitación manuscrita en Navidad es un gesto bonito, pero aún me gusta más la notificación veraniega. En julio, Giralt Miracle --diseñador y tipógrafo exquisito-- enviaba a amigos y clientes unas plaquettes en las que anunciaba el descanso vacacional.

Furgoneta. Quién no ha viajado en ella no puede entender su encanto (quizá hasta la encuentre incómoda y cutre), pero la furgoneta es –después del tren– el medio más cómplice, simpático y elegante posible, sin vanidad alguna. En ella caben familias distintas, latas de conservas, flores y plantas, cajas de mudanza de una vida nueva, libros, regalos. Aventura sin adulterar.

Fotogenia. Mis montañas preferidas son las que parecen dibujadas por niños: el Monte Fuji, los Alpes Dolomitas, Stromboli, El Cervino, el Kilimanjaro...