En primer lugar, deseo agradecer a la editorial Libros del Innombrable por el envío y a Babelio por la oportunidad de postular y leer este libro. He aprovechado al máximo el tiempo que he tenido para poder leerlo, no solo por el número de páginas (más de 400), sino para hacerlo con tranquilidad, anotando y aprendiendo de las numerosas curiosidades que el autor describe y en las que se hace más que evidente su conocimiento. Cabe destacar que uno de mis géneros literarios favoritos es el ensayo, por lo que cuando supe que este libro era una recopilación de un centenar de ellos, no cabía en mí de la dicha y a la vez de asombro al enfrentarme a tal cantidad sin saber en detalle la temática o el hilo conductor con el que se aunarían. Cuando tuve el libro en mis manos pude comprobar que los ensayos, si bien tenían diferente extensión, se presentaban de manera compacta, facilitando una lectura amena y menos tediosa, ideal para ir leyéndolo poco a poco sin temor a perderse en el transcurso de la lectura. Por otra parte, sería una error pensar que la brevedad de los textos sugiere una escasez en cuanto a información y valor literario, puesto que la maestría del autor en la redacción es más que notoria. Sin embargo, y me apena decirlo, no he disfrutado de él como esperaba. En gran medida debido a que la recopilación no sigue ningún tipo de esquema o estructura (cronológica, temática, etc.), mas que el orden en el que fueron escritos y difundidos previamente. Además, al comprender cuestiones de temáticas tan heterogéneas como la filosofía, la literatura, la historia, la teología e incluso la política, resulta un libro profundamente elaborado pero que se acerca a un batiburrillo inconexo, de forma que de una ingeniosa abundancia de ideas cae en el exceso de contenido y la palabrería. Por último, señalar las numerosas citas y referencias, principalmente de la literatura del Siglo de Oro, y la literatura y filosofía inglesa, francesa, griega y alemana. Valoro mucho la búsqueda de información objetiva y contrastada en este tipo de géneros, y la necesidad de crear un espacio de difusión, quizá por ello me ha faltado la mención de muchas mujeres relevantes de la época. Como si los calificativos completamente elitistas de erudito o intelectual correspondieran indiscutiblemente al hombre, y por supuesto, en visión única a su obra. + Leer más |