LocuraPorLosLibros27 September 2022
Alfredo no me escuchaba. Era un hombre inteligente, quizás uno de los más inteligentes que he conocido, pero no entendía la batalla. No entendía que la batalla no es una cuestión de números, no es como mover piezas en un tablero de tafl, y que no es ni siquiera una cuestión de quién posee ventaja sobre el terreno, sino de pasión, locura y una furia exaltada e indomable.
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