nteresante este ensayo de Emanuele Coccia en el que hace una apología de la imagen como manifestación de la vida sensible y como elemento de conocimiento. Según el filósofo, la vida es una proliferación incesante de imágenes y mediante sus continuos intercambios se teje la magia de lo sensible, donde cada día nos bañamos todos nosotros, seres sintientes y pensantes, lectores, emisores y receptores de imágenes. Especialmente jugosos los capítulos sobre los sueños y los espejos. |