Miss Marple y trece problemas

Sin prisa pero sin pausa sigo adelante con el reto atemporal de leer la obra de Agatha Christie en orden de publicación. Hoy toca hablaros de Miss Marple y trece problemas (1932), una compilación de (obviamente) trece relatos protagonizados por la señora de mediana edad más perspicaz que ha pisado tierras británicas. Esta es la segunda vez que aparece la señorita Marple en un libro, pero estas historias fueron escritas antes de Muerte en la vicaría, publicado en 1930. de hecho, el relato llamado El club de los martes, que abre esta antología que os traigo hoy, fue publicado por primera vez en 1927 en The Royal Magazine (una revista literaria que se publicaba mensualmente). En definitiva, estos trece problemas son realmente el nacimiento de Jane Marple, y en ellos ya vemos todas las características que han hecho famosas al personaje.

Todo comienza en una reunión informal en casa de Jane Marple, en el pueblecito de St. Mary Mead. A esa reunión asisten seis personas: la propia señorita Marple, su sobrino Raymond West (escritor e impulsor de la reunión), Joyce Lemprière (artista), Henry Clithering (hombre de mundo y retirado ya de Scotland Yard), el doctor Pender (anciano clérigo de la parroquia) y el señor Petherick (abogado). Comienzan a hablar de misterios sin resolver y la conversación deriva en una propuesta: que se reúnan cada semana y, por turnos, cada uno cuente un caso criminal del que sepan la resolución pero del que solo contarán los hechos y las pistas que puedan dar sin revelar más de la cuenta. Con estos datos los demás tienen que ejercitar sus facultades detectivescas a intentar acercarse lo máximo posible a la solución real del caso. ¿Cómo deciden llamar a este club improvisado? El club de los martes, día en que tiene lugar la reunión. ¿Quién resuelve todos los casos? Os lo podéis imaginar: Jane Marple, esa señora de mediana edad a quien en un principio ni siquiera tienen en cuenta porque, ¿qué sabrá ella de la vida si no ha salido nunca de St. Mary Mead?

Este es el planteamiento inicial, pero en realidad, y siendo seis los componentes de la reunión, la cosa da solo para seis relatos (¡genio de las matemáticas!). ¿De dónde salen entonces los siete restantes? Seis de ellos de una reunión posterior en circunstancias muy diferentes. Sir Henry Clithering (también presente en el Club de los martes explicado arriba) está de visita en casa de unos amigos, los Bantry; estos van a celebrar una cena, así que les pide que inviten a Jane Marple y vuelve a repetirse la misma fórmula con distintos personajes: cada uno de los presentes cuenta una historia que los demás deben resolver (aunque aquí hay algunas variantes en las que no voy a entrar). Y luego el último es un antecesor de lo que ya serían las novelas protagonizadas por ella: se produce un asesinato y, al tiempo que se está realizando la investigación, Jane, con sus conocimientos sobre los habitantes del pueblo y sus relaciones, lo resuelve.

Por resumir un poco lo que podréis encontrar en el libro, los 13 problemas se podrían agrupar de la siguiente manera:

Los crímenes que plantean cualquiera de los personajes que no son Jane Marple y que ya fueron resueltos en su momento. Se exponen, se plantean teorías, llega Jane Marple y los resuelve.
Los crímenes que plantea Jane Marple, que nadie intenta siquiera intenta resolver (¿para qué? La estrella es ella y los demás nunca dan pie con bola), así que los narra y da la solución, sin más.
Un crimen en concreto que nunca se resolvió y que Jane Marple, después de taitantos años, resuelve ahí sentadita a la mesa sin depeinarse solo con las pistas que se dan.
Un crimen que se produce "en el tiempo real" de la historia y en el que la investigación policial y las pesquisas de Jane van de la mano, siempre con Henry Clithering como intermediario (de hecho es un personaje recurrente en las novelas posteriores de Marple).

No os voy a engañar, la dinámica se repite en todos los relatos: se expone el caso, todos los participantes dan palos de ciego en sus suposiciones y entonces llega Jane Marple, relaciona los hechos con lo que le pasó a tal o cual vecino cuando le robaron la bici o le llegó tarde una carta (me lo estoy inventando, pero me entendéis), se pone un poco condescendiente con lo fácil que es la solución aunque los demás no den pie con bola y lo resuelve sin despeinarse mientras está pendiente de que no se le salga ningún punto mientras teje lo que quiera que está tejiendo. Son todos iguales pero entretienen mucho, y si me preguntáis a mí, me parecen mucho mejores estos relatos protagonizados por Marple que los que os traje protagonizados por Poirot hace un par de años (Poirot investiga).

En definitiva, estos relatos asientan la base de lo que supone el personaje mismo de Jane Marple. Aquí vemos como al principio la infravaloran o se ríen irónicamente de ella por el hecho de ser una solterona de mediana edad que no ha salido nunca de su pueblo, como si esa ausencia de moverse por el mundo imposibilitase el conocimiento de la naturaleza humana, sus flaquezas y sus defectos. Marple ni se inmuta, hace como que no se da cuenta de esa condescendencia, dice de sí misma que no es muy lista, pero da pruenas fehacientes de algo que resulta obvio: sea en una población pequeña o en una grande, las personas son personas, y la visión que tiene Jane Marple de la naturaleza humana en St. Mary Mead durante tantos años, junto con la capacidad de observación de todo lo que le rodea, le dan un bagaje que los demás no tienen por muy mundanos que se consideren. Y sí, es una vieja del visillo, ese tipo de vecina que no te gustaría tener bajo nigún concepto porque se entera hasta de cuando (iba a decir una ordinariez), pero esa capacidad de cotilleo y de saberse la vida de todo el mundo resulta muy conveniente para resolver crímenes, que es de lo que va el tema.

Dicho todo esto, Agatha Christie se olvidó de este personaje hasta 1942, año en que publicó Un cadáver en la biblioteca, así que salvo algún relato incluido en Problema en Pollensa (1939), Jane Marple no volverá a aparecer en Netherfield al menos hasta dentro de un par de años.


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