Diez negritos

"Cuando el cuello de un hombre está en peligro, no se detiene demasiado a pensar acerca de sentimientos."

Agatha Christie, quien creía que el asesinato podía ser un arte y que el asesino, un artista, consiguió colocar su novela de misterio DIEZ NEGRITOS dentro de los 10 libros más vendidos y más leídos de todos los tiempos. Después de esta premisa, difícil encontrar a alguien que no lo haya leído o no lo conozca, cuál cuesta encarar la reseña de una obra tan popular y que roza la maestría.

Mi acercamiento a esta obra, considerada uno de los grandes paradigmas de la edad de oro de la novela policíaca británica, por segunda vez no ha sido tan impactante como la primera, hace ya unos 15 años, pero es una historia tan potente, bien construida, tanto en misterio como en personajes, riqueza narrativa y de sublime grandeza atmosférica que sigue siendo realmente disfrutable. A pesar de que podría ser presa o prisionera de su tiempo -inicios del siglo XX- consigue superar o trascender el tiempo.

Una novela corta donde se palpa la tensión desde el principio, el lector se ensambla en la ambientación de esa lúgubre isla, guiados por esas cartas condenatorias y esa colección de personajes tan definitorios y peculiares. La sucesión de giros no deja de sorprender y te mantiene en vilo hasta sus últimas páginas. Agatha Christie juega a ser Dios, como podemos ser verdugos o víctimas empujados a este juego macabro pero elegantísimo, como el té en porcelana a media tarde.

DIEZ NEGRITOS o Y NO QUEDÓ NINGUNO es una obra maestra de la novela negra o de misterio la primera vez que se devora. La segunda sigue siendo una novela sobresaliente, pero sin el factor sorpresa. Agatha Christie domina el poder de la atracción, a través de una pluma ágil y sencilla, y la abstracción del mundo real en otro de suspense, enigmático y desconcertante, pero maravilloso. Un libro esencial en toda biblioteca que se precie, el mejor escrito de la reina del misterio.