Eso

Cuando terminé de leer este poemario me ocurrió algo muy curioso. Algo que me terminó enfadando y que me ha hecho ver las cosas de otra manera. Cuando llegué al punto final solamente podía pensar en lo que se me venía encima. ¿Cómo plasmar todo lo que he sentido? ¿Cómo describir todo lo que contiene este libro? Me enfadé porque me pareció injusto. ¿Qué necesidad tengo de buscar inmediatamente las palabras? ¿Por qué no reposar y disfrutar de todo lo que me ha aportado esta lectura? El momento de finalizar esta gran lectura se veía ensombrecido por mis dudas y en cierto momento sentí un 'clic' en mi cabeza, me di cuenta del error que estaba cometiendo. Finalmente dejé reposar la lectura, volví a leer algunos versos y decidí escribir mi opinión en otro momento. La importancia de dejar fluir.

Siento la necesidad de comenzar por el final, de explicar lo que es una realidad. Volveré a leer 'Eso'. Volveré a perderme entre sus páginas y sus versos. Lo volveré a hacer por la simple razón de que tengo la sensación, por no decir certeza, de que me he perdido por el camino. Me he perdido entre su magnitud y complejidad. Me he perdido porque hay mucho más de lo que en un principio aparenta, un trasfondo frondoso que te atrapa y del que no puedes escapar. Lectura entre líneas, interpretaciones personales y diferentes matices. También ha tenido que ver su agilidad, aunque esto parezca contradictorio a la complejidad que ya he destacado. No podía cerrar el libro, no podía dejar de leer y terminé por hacerlo de forma apresurada. Todo ha influido.

Descubrir a Christensen ha sido una experiencia maravillosa, indescriptible y enriquecedora. Es abrumador e impactante como utiliza la poesía para hablar de absolutamente todo. TODO. La vida, la existencia y lo mas profundo que uno se pueda imaginar. Utiliza sus versos para homenajear pero también para hacer una crítica.

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