Estamos ante la segunda entrega de la trilogía de Ana Arén. Después de la primera parte, No soy un monstruo, con ese final tan explosivo me imaginaba que esta parte continuara de ese estilo. Se me hizo bastante difícil de leer. Me dio la sensación de que había muchos personajes y en algunos momento la forma de redactar se hacía lenta y pesada. Como punto positivo, las ideas, la documentación de la escritora me parece buena. Consigue meterte en la trama, pero en este caso, creo que sobraban algunas páginas. Si leíste el primer libro, puedes continuar la historia, pero no esperes el mismo ritmo. |