La voz que salía del teléfono tenía un tono chillón y perentorio, pero no conseguía entender bien lo que decía, en parte porque aún estaba medio dormido y en parte porque estaba sosteniendo el auricular al revés. (cap. 1)
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La voz que salía del teléfono tenía un tono chillón y perentorio, pero no conseguía entender bien lo que decía, en parte porque aún estaba medio dormido y en parte porque estaba sosteniendo el auricular al revés. (cap. 1)
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