No os miento si os digo que nunca me había parado a pensar en cómo será la vida de las personas que ejercen ciertos trabajos, en ciertos ambientes o ciertos lugares. A qué nivel el trabajo que realizamos puede regir las pautas de todos los demás aspectos de nuestra vida, o cómo puede moldear, incluso, nuestra forma de ser y nuestra personalidad. Con “El estado del mar”, de Tabitha Lasley he tenido la oportunidad de pensar, por primera vez, en cómo es la vida de los hombres que trabajan en plataformas petrolíferas y, obviamente, en la de las personas que les rodean. En este libro la autora nos narra de primera mano, pues es una historia autobiográfica, cómo es el mundo en estos lugares, cómo son las personas que ejercen su labor en ellos, cuán hipotecada está su vida por este motivo y cómo afecta su ausencia (y su presencia) a su entorno. Una historia que contiene la dureza y la fuerza de la masculinidad de la que habla, de los instintos, de la vida en esos microcosmos en los que se crean estos mundos “de hombres”, pero que a su vez destila la delicadeza de la soledad, de la ausencia, del sentimiento de no pertenencia, de la incomprensión y el desarraigo. del deseo, de las necesidades, todas, desde las más básicas hasta las más elevadas y elaboradas. de la verdad y el engaño, de la ilusión y la decepción. Una historia por cuya trama se fluye como los personajes por sus vidas, por inercia, dejándose llevar, esperando a ver qué va a pasar a continuación. Sabiendo que habrá un final pero desconociendo cuál va a ser. Una historia que se lee a toda velocidad pero por la que parece que no corre el tiempo. Curiosa, diferente. Me alegra haberme introducido en esta burbuja, en este universo que me era completamente desconocido. Ha sido una lectura amena que me ha entretenido y me ha hecho ponerme en la piel de personas que son tan diferentes entre ellas como lo son sus situaciones, sus intereses y sus necesidades y que, aún así, ha conseguido que empatice con todas ellas. + Leer más |