El juego del alma

Después de leer todos los libros de Javier Castillo, le tocaba el turno al último publicado, El juego del alma.

Desde que conocí al autor leyendo su primer libro, El día que se perdió la cordura, supe que iba a pasar a ser de mis favoritos y que iba a leer todo lo que publicara.

A día de hoy, he de decir que no opino igual. Para mi gusto, el autor va decreciendo en cuanto a intensidad en las historias. Y esta ha sido ya el remate.

Empezando por lo bueno. Como siempre, la narración es impecable, la pluma de Javier te atrapa y te deja siempre en esa constante necesidad de seguir leyendo. Además de ser una lectura muy ágil y fluida, sencilla y adictiva, sabe dejar ese toque magistral para que, cada ez que finalizas un capitulo, quieras continuar con el siguiente.

Como nos tiene acostumbrados, está contado a varias voces y en varios tiempos, haciendo que las historias y los personajes empasten unos con otros con armonía y fluidez.

Los personajes están muy bien marcados y diferenciados, siendo algunos ya conocidos de su anterior libro, La chica de nieve.

Ahora bien, el problema llega aquí. En el momento en el que la historia de esos personajes se convierte en una retahíla lenta y tediosa, es cuando todo se va al garete y comienzas a coger manía a ese personaje que, en el libro anterior, se convirtió en uno de tus favoritos. Y eso, es mal.

Entiendo que hay hechos y momentos en los que esa "experiencia" puede resultar relevante, pero no que sea así como norma la mayor parte del libro.

A esto hay que añadirle que, lo que dejó tan bien atado en el anterior, aquí lo "desata" lo mezcla lo mueve y hace que las piezas ya no vuelvan a encajar como debieran. Y esto es algo muy chocante puesto que, los que seguimos al autor de hace tiempo, sabemos que si algo caracteriza a Javier en sus historias, es dejar todo bien hilado.

La trama de la historia no es mala, aunque es lenta y pesada, bastante plana, hasta más allá de la mitad, que es cuando llega un momento en el que pasa todo de golpe.

El desenlace no ha terminado de convencerme, puesto que como dije antes, quedan cabos sueltos.

Sin poder decir mucho más para no hacer spoiler, he de reconocer que me ha dejado un sabor agridulce esta lectura, puesto que tenía mucha fe en ella, y no ha llegado ni a la mitad de lo que pensaba.

Esta, es solo mi opinión, y no tiene por qué coincidir con la de nadie. Por ello te animo a que leas el libro y descubras qué se esconde entre sus páginas y que me cuentes después de qué forma te ha llegado a ti.


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