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Aviso: esta reseña contiene spoilers de la saga La Selección, ya que se trata de su último libro. Continuamos la historia de amor de la princesa Eadlyn tras el trepidante final de la heredera. Ahora, Eadlyn deberá asumir mayores responsabilidades al mismo tiempo que lidia con la Selección, con amenazas a la corona y con su corazón confuso. El final de esta trepidante saga que busca atraparte y enamorarte. Pese a su longitud, este libro me resultó algo espeso, por la mitad llegué a atascarme, cosa que no me había pasado con ninguno de la saga. A mi parecer, comienzan a pasar cosas algo innecesarias mientras no ocurren otras que creo importantes para el buen desarrollo del libro. Por poner un ejemplo, al contrario que en la historia de America y Maxon, Eadlyn casi no tiene citas con los pretendientes, ¿tengo que creerme que de esta forma se enamorará de verdad? La protagonista tiene una muy buena evolución a través de los libros que componen su Selección, sin embargo, no ha acabado de convencerme. Como dije anteriormente, sigue pareciéndome una niñata egoísta y egocéntrica que sólo se preocupa por su propio bienestar, a pesar de que la autora quiera intentar convencer al lector de que no es así. Hablando ahora del romance final, sin entrar en detalles, no he acabado de creermelo. Además de estar claro desde la mitad del anterior libro, me ha parecido que su desarrollo es apresurado y sin sentido, igual que el final mismo del libro, que también me ha parecido muy acelerado para el ritmo que llevaba la narrativa. En definitiva, estos dos últimos libros me han sobrados bastante, pienso que la historia de Maxon y America es mucho mejor que la de Eadlyn. de todas formas, si te ha gustado la Selección, seguramentes estos puedan, mínimo, entretenerte, pues son una lectura bastante ligera. Irbis |
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