Dúo

Dúo es una novela histórica con intensos tintes románticos para saborear lentamente al principio y devorarla sin parar en su parte final. Es dinámica en cuanto que se suceden tres cambios de escena en el hilo principal de la trama correspondiente a la vida pasada de la abuela y el abuelo del protagonista, André.
Asistimos pues, a la narración de las memorias de una chica alemana de clase alta, Margaret, las cuáles se conectan con el presente a través del mencionado nieto y su abuelo, guardando además muchas similitudes con Iris, una muchacha con la que ambos comparten la pasión por la música y el piano, y cuyo encuentro y unión con André nieto previamente al testimonio de Margaret, hace doble alarde al título de esta novela. Un dúo también en cuanto al presente y pasado, tal y como se aprecia en la portada del libro.

Los dos primeros lugares dónde se desarrolla, Nueva York y París, permiten introducir la historia en profundidad y situarnos en el contexto histórico, así cómo sentimental de los protagonistas, que comienza a dar un giro provocado por una serie de visicitudes derivadas del marco de acción.

La primera parte desarrollada en Nueva York está llena de ilusiones, esparcimiento y un ambiente sereno y gentil, dónde Margaret experimenta una liberación personal y dónde además se ensalza el hogar y la familia/amistad incondicional.

En un segundo bloque acontecido en la capital francesa prima el idilio amoroso y la vida en común, todo ello envuelto en una situación política-social cada vez más tensa que alcanza su máxima zozobra con la ocupación de las tropas alemanas lo cuál da pie situaciones límite y la organización de la Resistencia fruto de la interacción entre ambos bandos. La inquietud provocada por esta dicotomía queda plasmada entre las letras de la autora de la misma manera que se ha llevado al cine en el filme "Suite Francesa", dónde refugiados parisinos llegan a una pequeña localidad huyendo de la ocupación y un regimiento de soldados alemanes les siguen y establecen sus residencias en los hogares de los habitantes del pueblo. de aquí en adelante tendremos el privilegio de vivir la misma historia contada desde dos puntos de vista, el de Margaret y el de André abuelo; un original recurso que utiliza la autora intercalando la narración de la anciana con las recientes recuperadas cartas de su amado que fueron escritas por él cada mes desde su separación.

La última etapa desarrollada en Berlín es, a mi parecer, la más excitante y fresca de toda la lectura, y por la que merece la pena llegar hasta el final. Esta fase es la que culmina tras todos los acontecimientos previos, imprimiendo suspense y una atmósfera avasalladora al relato. A mi cabeza acudían imágenes tales como las retratadas en la novela/película "El Libro Negro", dónde una joven judía se une a los grupos de la Resistencia que luchan contra la ocupación de las tropas alemanas y cuya misión consiste en seducir a un alto oficial alemán con el fin de infiltrarse en el Cuartel General Nazi.

Aquí, más que nunca, se confunden el ser y el deber ser, una lucha interna en la que nuestra protagonista se debate de forma contínua.

A pesar de que el desenlace podría considerarse como el mejor posible dadas las circunstancias, no he podido evitar sentir un cierto sabor amargo que se desprende de toda esta historia y que invita a la reflexión:

Dos personas destinadas a estar separadas en cuerpo pero unidas en alma hasta el fin de sus días.

Sin embargo, pensándolo bien, esto es lo más probable que suceda en la mayoría de los casos y, contradictoriamente, lo más extraordinario a su vez.

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